Saturday, January 07, 2012

Inerrancia Bíblica o Inerrancia Humana.


En 1er lugar aclaro el significado de INERRANCIA. Según el diccionario Encarta es: Cualidad de estar exento de error. En otras palabras, no se equivoca y no tiene error.


Todo asunto humano, por algún lado, tienen falla y error. Aún siendo la “imagen y semejanza de…” Tenemos errores, y podemos llamarlos “pecado” (a modo de echarle el muerto a otro) ¡La responsabilidad es sólo nuestra? (¿De veras?).


Cito uno de esos casos, escritos y evidentes, donde se nota una falla a eso de la “inspiración” sagrada de la Biblia; aquella que hace dudar (en algunos casos) si hubo una literalidad, un dictado divino y un secretariado terreno que se tomó NOTAS Y APUNTES durante años y siglos en ese trabajo de transcribir y manuscribir…


Si es Inspirada por Dios, como dice ella misma en su evidencia interna y como –al parecer- dijeron algunos apóstoles (2Ti_3:16 Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia… )


Hay una lectura, entre un par de otras, donde he hallado alguna discrepancia. NO de fondo, sino de texto y como Dios es perfecto (y hasta creo que puede equivocarse), a continuación cito (y, naturalmente, ESTE ERROR ES HUMANO. No puede ser achacado a Dios. Ni para el peor de los incrédulos: La Biblia es obra escrita de los hombres. La Creación si es obra divina directa).


Entre los evangelios leemos a Mateo, y dice: “Entonces se cumplió lo anunciado por medio del profeta Jeremías, cuando dijo: Y TOMARON LAS TREINTA PIEZAS DE PLATA, EL PRECIO DE AQUEL CUYO PRECIO HABIA SIDO FIJADO por los hijos de Israel”. Mateo_27:9


Lo más cercano –que se parezca a ese trozo- es Zacarías 11:13 “Entonces el SEÑOR me dijo: Arrójalo al alfarero (ese magnífico precio con que me valoraron). Tomé pues, las treinta piezas de plata y las arrojé al alfarero en la casa del SEÑOR”. (La cita es relativa al profeta Zacarías).


Si ese pequeño y breve error está allí, puedo pensar:


1)  ¿Cuántos más no habrá en la copia y reproducción de esos escritos?
2)  Si acepto el concepto de “inerrancia” bíblica, he aquí uno de los errores que lo aprueban, pero NO LA DESVIRTÚAN (al menos como concepto) y, algo menos le resta como Escritura sagrada, “inspirada”, literalmente hablando.
3)   Si no fue un error añadido sobre un trozo del escrito bíblico original, hubo un trabajo de edición -POSTERIOR- al del escritor inspirado ¿No pudo ser un comentario mal asentado por alguno de esos intérpretes o estudiosos bíblicos? ¡Seguro! (pero no lo aceptaría para apuntalarme el concepto de la inerrancia bíblica, y dejar sin cierta responsabilidad a lo que toca al Supervisor Divino).

Me pregunto:
1) ¿Cómo es que COMETIERON ESTE ERROR? (Citar al profeta que no es ni era). Vino de un buen intento para armonizar el A.T. con el Nuevo Testamento (como quien usa una breve concordancia).
2) ¿Cómo NO corrigieron este error los copistas? (ni los traductores contemporáneos de esos días, ni las generaciones que vinieron). ¡Eso me inspira confianza! NO FUE UN ACTO DELIBERADO.


Obviamente, (1) si hubo un dictado textual –original- hubo una añadidura (posterior) al proceso de transcripción inspirado y ORIGINAL.
(2) Si Dios hubiera estado dictando textualmente al escritor original, le habría NOTIFICADO (de inmediato) el error de adjudicar una cita bíblica relativa a otro hombre y tiempo. (*) Hay una profecía que tiene relación, pero no es necesariamente directa al Señor Jesús y, si lo es, ¿Dios permitió el error o ERA DE LOS HOMBRES ENMENDARLA?


Respuestas,  posibles:
1.     ¿Altera ese error humano la voluntad y plan de Dios para la humanidad y Su reino venidero? ¡No!
2.      Si es una añadidura a los escritos originales ¿Cuántas añadiduras y modificaciones ha permitido Dios a la Biblia? (Misma que suponemos Su palabra) ¿Sabrá Dios!
3.      Si es un error humano, sea del: A) Autor original B) Del 1er copista original C) De un comentario añadido posterior (para clarificarnos el cumplimiento de ciertas profecías en la persona de Jesucristo) ¿Cuánto se altera la fe o el valor intrínseco que tiene ese libro para el Judaísmo (Antiguo Testamento) o la Cristiandad (Viejo y Nuevo Testamento) ?


Si suponemos esa confusión de nombres como un error meramente humano, estamos ante la falibilidad humana y no ante la infalibilidad humana defendiendo la inerrancia divina. Luego, la Biblia, como cualquier libro, probaría ser falible (igual que sus miembros y líderes) ¿No ha mantenido la iglesia su hegemonía doctrinal a fuerza de represión, sometimiento psicológico, con otro tipo de represalia moral o psíquica?


Sea como sea, el hombre procura engrandecerse por encima del Creador y por encima de las estructuras, sea por soberbia, egocentrismo, etc.


Si ese solo error (hay más, por cierto) prueba que La Escritura es humanamente falible, que los dogmas humanos también lo son ¿Dónde queda la inerrancia bíblica o de la Iglesia? (La iglesia, como vehículo social, se supone intérprete de las verdades divinas) pero: “Rom_3:4  (…) Antes bien, sea hallado Dios veraz, aunque todo hombre sea hallado mentiroso; como está escrito: PARA QUE SEAS JUSTIFICADO EN TUS PALABRAS, Y VENZAS CUANDO SEAS JUZGADO.”


Es de importancia reconocer que, aquello que Pablo llamaba “Escritura” no se refería a La Biblia que tenemos, tal como la conocemos hoy. La Escritura, en aquellos días, era lo que hoy llamamos “Antiguo Testamento” (puesto que no todo estaba en la imprenta, no todo circulaba con la libertad de nuestros días) ¡No había la gran difusión de escritos evangélicos como la conocemos hoy! (El papel y ese trabajo –de transcribir- era costoso).


Entonces, para concluir, la inerrancia –en términos humanos- no existe. No hubo un dictado textual del Nuevo Testamento y, si lo hubo alguna vez (hablo del Nuevo Testamento solamente) quedó en manos de los primeros doce apóstoles, quienes debieron redactarlo, evitarlo y protegerlo.


¿Es sostenible la inerrancia bíblica, como principio de ley?

No lo creo, pero la fuerza gravitacional de ella no ha fallado en más de 4.000 años. Las lluvias de bendiciones no han cesado y Jesús mismo plantea (y lo creo) que ni una sola letra será removida de la ley (el Antiguo Testamento), hasta que todo sea cumplido (Mat 5:18). Ciertamente, la tierra y el cielo existen en la forma que aún los vemos. En atención a lo dicho por el Nuevo Testamento, la Cristiandad cree que Jesús cumplió los requisitos de la ley y que –por otro lado- nosotros humanamente, somos incapaces de cumplir lo que Él ya hizo por toda la humanidad ( en ese sentido, “todo sí se ha sido cumplido”; pero la tierra aún es y el cielo no ha cambiado).

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