Sunday, December 30, 2012

Deidades Antiguas



La caricatura del Halcón con el disco solar representa al dios egipcio “Ra”… Amón, atrás, es quien le acompaña, sentado en un carnero ¿Sincretismo egipcio con los de Tebas?   ; ) 

Ra Dios creador y personificación del Sol. Suele aparecer como un hombre con cabeza de halcón o de toro y también tocado por el disco solar.
Amón Dios de origen tebano, supremo creador, identificado con Ra. Se lo suele representar como un carnero o como un hombre con cabeza de carnero.



El Libro de los muertos (c. 1310 a.C.) era un texto egipcio con oraciones, sortilegios e himnos que utilizaban los muertos para guiar y proteger el alma en el peligroso viaje hacia la otra vida. Esta sección de dicho libro muestra el juicio final de un difunto, el escriba real Hu-Nefer, ante Osiris, dios de los muertos. Jeroglíficos e ilustraciones reflejan el ritual en que se pesaba el corazón del difunto antes de lograr la vida eterna. ¿No es interesante que, 1300 años ANTES del nacimiento terrenal de Jesús tal concepto religioso ya existiera? ¿No se lo apropiió el cristianismo de otras creencias? Y, si es heredado de otras creencias ¿serán inspiradas de otras revelaciones o simples especulaciones de la mente?



La ley JUDÍA contiene normativas de conducta en relación con los demás seres humanos y reglas sobre las prácticas religiosas, aunque no transmite un código de instrucciones para afrontar todos los aspectos de la vida. Más bien parece señalar los límites que el pueblo no podrá transgredir sin romper la alianza.

Tengo años notando una inclinación antijudía en los escritos evangélicos del mismo Nuevo Testamento, particularmente en los escritos del autoproclamado “apóstol” Saulo Pablo… Hoy, leyendo Encarta, confirmo que hay arraigo en mis ideas, tal cual lo han percibido otras personas, pero, como se sabe, hay quienes no desean salirse de las interpretaciones y referencias transmitidas en la tradición, y es obvio que la guía e interpretación divina se hace necesaria, así sea por el Espíritu Santo, y no tanto por los “líderes” espirituales, que siempre dejan humanos entredichos. A continuación, lo que Encarta 2009 dice: Al parecer, el primer intento de establecer un canon tuvo lugar en torno al 150 d.C., por obra de un cristiano herético de nombre Marción, cuya aceptable relación incluía el Evangelio de Lucas y 10 epístolas paulinas, editados con una fuerte orientación antijudía. Quizá la oposición a Marción fue la que dio impulso a los esfuerzos tendentes a elaborar un canon aceptado de forma general.”

“Tal vez hacia el 200 d.C., 20 de los 27 libros del Nuevo Testamento se consideraban autorizados. Aquí y allá prevalecían preferencias locales, existiendo algunas diferencias entre las Iglesias occidental y oriental. En general, los libros que durante un tiempo fueron objeto de polémica, aunque más tarde se incluyeron en el canon, eran Santiago, Hebreos, 2 Juan, 3 Juan, 2 Pedro y Apocalipsis. Otros libros que gozaron de amplia aceptación popular aunque al final resultaran rechazados, fueron Bernabé, 1 Clemente, Hermas y el Didaké; los autores de estos libros suelen ser denominados padres Apostólicos.”


“La carta pastoral 39 que san Atanasio, obispo de Alejandría, envió a las iglesias que se hallaban bajo su jurisdicción en el año 367, acabó con toda duda acerca de los límites del canon del Nuevo Testamento. En dicha pastoral, que se conserva en una colección de los mensajes anuales de la Cuaresma dictados por Atanasio, relaciona como canónicos los 27 libros que siguen siendo los constitutivos del Nuevo Testamento, aunque los organizó de forma diferente. Estos libros del Nuevo Testamento, en su orden actual, son los cuatro Evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan), Hechos de los Apóstoles, Romanos, 1 Corintios, 2 Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, 1 Tesalonicenses, 2 Tesalonicenses, 1 Timoteo, 2 Timoteo, Tito, Filemón, Hebreos, Santiago, 1 Pedro, 2 Pedro, 1 Juan, 2 Juan, 3 Juan, Judas y Apocalipsis.”

Como puede verse, nuestro canon bíblico, en relación al Nuevo Testamento, es evidente católico y no judío (ellos rechazaron a Jesús como Mesías).

Durante los siglos IV y V se hicieron esfuerzos por reemplazar estas versiones regionales por traducciones más homogéneas que tuvieran una mayor aceptación. En el 382, el papa Dámaso I encargó a san Jerónimo la preparación de una Biblia en latín. Conocida con el nombre de Vulgata, reemplazó a varios textos en latín antiguo. En el siglo V la Pešitta siríaca sustituyó a las versiones existentes en este idioma, que a la sazón eran las más populares. Como suele ser el caso, con gran lentitud las antiguas versiones cedieron su lugar a las nuevas.”

El Evangelio de Lucas afirma que Jesús comenzó su ministerio en el decimoquinto año de reinado de Tiberio (Lc. 3,1), que sería el 28-29 d.C. Los cuatro Evangelios coinciden en que Jesús fue crucificado cuando Poncio Pilatos era gobernador de Judea (26-36 d.C.). El ministerio de Jesús tuvo lugar entre el 29 y el 30 d.C. si se acepta la versión de que duró un año, o entre el 29 y el 33 d.C. según la teoría de que se prolongó entre tres y cuatro años.”

Thursday, December 27, 2012

Des-PEDIDA.



Hoy he sabido que te vas, y tuve el tiempo de decir
Esas cosas que se van, y yo pude recibir.
Con tristeza te veía, en esa silla de ruedas,
Y la alegría que me queda, es lo que te pude decir.

Hoy, primo, que te vas; no estaré en la despedida
He sabido que te vas, y del viaje no ha salida.
No estaré allí hoy, como tampoco vuelve el mañana
La alegría “que te vas”; y te fuiste en la cama.

Es la muerte un pasadizo, cuyo túnel yo no escondo
Es la vida un bebedizo, cuyo sorbo se hace hondo.

No estaré entre los tuyos, en mi vida no hay apegos;
Sin embargo -ya te dije- ese viaje no es tan lejos.

La verdad, desde mi infancia, he querido comprender:
Es la muerte o es la vida, lo que siempre he de querer.

Te agradezco, como dije, esa mano de virtud
Bueno fuiste, tú conmigo, pulcro en mi solicitud.

Hoy de día, con Bartolo, te reunirás con mi abuela
¡Sube pronto! ¡Corre y dile!
Que la quiero, aunque me duela.
Hace tanto yo la extraño, y se me ha ido (como otros)
Lo que queda “en los de abajo” son los sueños:
Siempre rotos.

Una vez más, repito, lo que en mi visita te dije:
“Te agradezco, primo-hermano, lo que en vida tú hiciste”

¿Cómo olvidarme esa vida?
¡Cómo mentirme, a despecho?
De los años, los maltrechos,
Siempre tendré buenos recuerdos.

P.S.
¡No te olvidaré primo!
La noticia, luego de entristecerme, más bien me alegra.
Lleva noticias a los míos: “Para siempre les quiero
(especialmente a mi abuela).
No entiendo por qué tanta gente muere en diciembre,
Pero un día vendrá mi turno...
(y sé que estas palabras les llegan)

A.T.       Dec. 27, 2012

Tuesday, December 25, 2012

La Muerte de Los Inocentes

Hace más de dos milenios sucedió algo muy importante. No solamente me refiero al nacimiento de Jesucristo, sino a una gran mortandad que pudo haber entristecido la vida de muchas familias y muchos corazones.
Cierto día, uno que no sabemos (no un 25 de diciembre) nació el niño Jesús (hoy debe tener algo más de 2.000 años, para ser preciso).
Según el relato bíblico, nació en incómodas condiciones de alojamiento. No estaba en la casa de sus padres, sino en un lugar que servía de refugio para los animales.
Eran los días en que Roma dirigía un censo sobre la provincia de Palestina y, por obligación, María y José tuvieron que trasladarse a una región donde habría mucha gente (Belén) y es probable que los judíos que tenían buenos y parientes queridos, ya tuvieran bastante llenas sus casas –algo incómodas- como para darles espacio en un cuarto de habitación, a un tío o a primos lejanos, que pocas veces se verían en el año por razones de tiempo y distancia (como pasa hoy, que casi no nos reunimos para pasar un buen día juntos y felices).
Allá en la historia, en ese día peculiar e importante, María no se alojó en cualquier ciudad de Judea. ¿Por qué no se quedó con su parienta Elisabeth, la madre de Juan el Bautista, cuyo padre era el sacerdote Zacarías? (Lucas 1:39) (*)
María parió en Belén, bajo condiciones poco gratas, muy humildes y, debido a esa inconveniencia del censo poblacional romano, no fue el mejor momento para tener las comodidades del hombre, sino el mejor momento que Dios dispuso naciera Su hijo, en el mundo que ellos hicieron.
(*) Belén de Judá (Mateo 2:6) era un poblado muy pequeño de esa región al sur de Israel, es decir, no tan lejos de Jerusalén.
Hace dos milenios, en una situación de sometimiento político y militar, nació el hijo de Dios en un pueblo humilde, siendo visitado por pastores, por animales de labranzas, y Su lecho fue un pesebre… ¿Pueden imaginar lo hermoso de un niño nacer? Rodeado de gente agradecida, invitada por una docena de ángeles, en una época donde no había teléfonos ni mensajes de texto, y el llamado sacudió el amor de sus corazones. ¡Wow! Era el hijo de Dios, metido en una cajita de madera, acolchado con pasto y sábanas limpias, quizá con olores no muy agradables (pero naturales).
La tradición, la interpretación errónea de tales hechos, nos hizo creer a lo que la razón ajena nos decía. La tradición religiosa que heredamos nos decía -con dibujos y palabras- que tal suceso era de una forma, y resultó ser de otra... Ejemplos:
¿Ha visto usted la forma en que los pintores medievales representaban a Jesús crucificado?
Si uno mira hacia las manos de Jesucristo, notará que en Sus palmas hay una herida representando un clavo que la ha horadado… ¿No es así?
Si va a la iglesia católica, tras 2.000 años, Ud sigue viendo a un Jesús vencido y crucificado y, si tiene buen ojo y buen lente, no le costará mucho verlo crucificado POR LAS PALMAS DE LAS MANOS.
Hoy, según estudios de eruditos, los clavos no estaban en sus palmas, sino después de las muñecas, en medio de esos 2 huesitos, acercándose a las palmas… ¿No nos mintieron en sus interpretaciones? ¿No creímos a una verdad que no es la exacta verdad?
De mi parte, nadie es culpable por esa zona en la que la ignorancia prevalece ni los pintores del siglo 15 sabrían la verdad, porque la medicina forense no es cosa de esos días y, al efecto, ninguno de nosotros ha examinado las evidencias (las cuales no son visibles) y, si alguien tiene en si manos el manto de Turín (si realmente es el cuerpo crucificado de Jesús) esa es la gente de la iglesia del vaticano (y han estudiado esas “pruebas”).
He dicho que, la tradición -religiosa o no- ha sido “el conocimiento”, la verdad o la versión de lo que hemos recibido o creído y, tanto como en el siglo 15 o en el XXI, lo que afectamos y lo tomamos por fe, hasta que “conozcamos la verdad que nos hace libres”.
Hace dos milenios Jesús caminó como cualquier mortal y padeció lo que es de mortales. Su venida pudo traer alegría a los suyos, puede traer alegría a nuestros hogares y vidas y, al mismo tiempo, Su llegada al mundo significó el luto de muchos hogares en la zona cercana a Belén.
La tradición, la interpretación oral de la historia, nos narra mal la verdad que hoy queremos celebrar.
Nuestras comodidad, nuestra pereza, nos hace creer las cosas según algunas personas la dicen como cierta o verdadera; pero nunca llegaron los reyes “magos” el mismo día.
Recordemos que Jesús nació:
·         Bajo el dominio imperial y militar de Roma.
·         Los días en que se efectuaba un censo poblacional (Lucas 2:2-5)
·         Que no había nieve en el camino ni frío (los pastores estaban a cielo abierto) (Lucas 2:8-16)
·         Que los pastores NO COINCIDIERON con la llegada de los magos desorientados (Mateo 2:2, 3, 4-9), puesto que a su arribo ya Jesús no estaba en un pesebre, sino en una casa (Mateo 2:11) y que tal confusión temporal fue para que los “magos”  extranjeros llegasen hasta la figura que representaba la autoridad judicial judía de ese entonces (no llegaron a los gobernantes romanos, sino a uno de sus representantes) y los sacerdotes del entorno fueron movidos a revisar las Escrituras, hallándose que –de la Belén de David- también saldría UN GUIADOR, el líder verdadero para la humanidad (Mateo 2:6)
·         Recordemos que el SALVADOR de tales pastores (Lucas 2:11) y la razón de esos visitantes extranjeros, no fue para adorar a María, sino al niño que había nacido (Mateo 2:11) y hasta el mismo rey Herodes se había ofrecido –hipócritamente- ir a adorar al niño Jesús (Mateo 2:8), una vez que los “magos” le dijeran (no eran tan magos, pues, le preguntaron al malo de Herodes y, de no ser por la señal de la estrella, no habrían llegado a dar con el paradero de Jesús) ¡Había demasiada gente revuelta! (de no haberla habido, Herodes mismo hubiera hecho el trabajo de investigarlo con otros).
·         Recordemos que la profecía del nacimiento del “Salvador” estaba ya anunciada y entendida por los eruditos judíos y sacerdotes contemporáneos a Jesús, pero la tradición ORAL de aquellos días entorpecía, también, la comprensión de la verdad, tanto como hoy (Mateo 2:4-6).
·         Entendamos que Herodes, un representante interino del poder impuesto por Roma, comprendía muy bien lo que significaba el nacimiento del Cristo (el Mesías), pero su oscurecido entendimiento lo interpretaba sólo a nivel político y no de forma espiritual (Mateo 2:13b).
Siendo así, embrutecido por la distancia que marcaron “los magos”, sintiéndose burlado de éstos (Mateo 2:12), mandó matar a muchos niños menores de dos años (Mateo 2:16) ¿Se ve la analogía con los días de Moisés? (En ese entonces, faraón mandó a matar a los niños judíos, en Egipto).
Voz fue oída en Ramá, grande lamentación, lloro y gemido; Raquel llora a sus hijos, y no quiso ser consolada, porque perecieron.” (Mateo 2:18)
Por simple inferencia, podemos imaginar que Herodes estuvo esperando a “los magos” un cierto tiempo. Si es tan malo como “sabemos”, pudo haber usado su astucia y, queriendo asegurarse que nadie le relevara en el trono –parcial- que compartía con el regente enviado de Roma, hizo matar a los niños que tuvieran una edad adicional a la indagada de tales “magos” (que no eran tan sabios, sino –más bien- algo ingenuos y desorientados) (temporalmente desorientados con un propósito divino, ¡claro!).
Herodes supo del Mesías: 1) Por el testimonio de los “sabios” de Israel (Mateo 2:4). 2) Del testimonio de los “magos” extranjeros (Mateo 2:1-3, 7) y 3) Por la lectura de las Escrituras judías (Mateo 2:4-6)
Al nacer Jesús, similarmente a los días de la esclavitud de Israel en Egipto, hubo un gran crimen que no ha sido públicamente condenado. Hubo gozo y alegría y, tan pronto llegaron “los reyes magos” con regalos (Mateo 2:11), tan pronto pasó algún tiempo que Herodes se supo “engañado” (Mateo 2:12) José y María huyeron hacia Egipto para proteger la vida de ese bello niño (Mateo 2:13) ¿Ven que la tradición religiosa ORAL nos miente? Si lo leen como les escribo, notarán que no hubo tal coincidencia de la visita de “los reyes magos” ni de los pastores, un mismo día (pero sí habrá una reunión de ricos y de pobres, en un solo rebaño).
Me gustan mucho unas palabras que dijo María: “Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en Dios MI SALVADOR, porque ha mirado la bajeza de Su sierva… Esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones. Quitó de los tronos a los poderosos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes, Y a los ricos envió vacíos…” (Lucas 1:46-48, 52-53) ¡Bello lo que ha dicho! ¿Acaso no son profecías, también?
María jamás se reconoció más allá de ser una sierva de Dios. Ella misma reconoció su necesidad de ser salvada de Su Señor (como ella misma lo ha dicho en el versículo 47) ¿En qué momento es “madre de Dios”? ¿En qué momento se hizo mediadora entre Dios, Jesús y los hombres?
La muerte de los inocentes, también, es por causa de la irresponsable ignorancia: “Mi pueblo perece por falta de conocimiento”.
La tradición secular, la tradición oral y la traición de algunos “líderes espirituales” pueden estar llevando a miles de personas a una muerte espiritual segura ¿Por qué no leen éstos y no entienden aquellos?
Hay muchos Herodes que no quieren que los niños crezcan.
Hay muchos líderes que no quieren que “sus” ovejas aprendan a buscar el alimento espiritual, ellos solos y por sí mismos.
Hay quienes no desean que usted desarrolle una relación libre y autárquica con otros rebaños humanos ¿Qué sería de la iglesia convencional si usted ya no fuera parte de la estructura actual y esas jerarquías?
Herodes es aquel hombre o mujer que no desea perder su posición, su lugar de influencia, aquel celoso de sí, que no deja ni facilita que otros crezcan ¿Eres como Herodes? ¿El Grande?
La iglesia de Roma sigue siendo un gran Herodes. Pero no es la única que entorpece el crecimiento espiritual de millones de niños que mueren, física y espiritualmente.
Sé que jamás venceré la obra de Constantino y los concilios de Nicea, más allá de lo que se haya decidido en el tercer siglo; pero debo ocuparme por tener alguna diferencia, aunque espiritual y moralmente no tenga ninguna significancia ni razón de jactancia (soy otro vulgar pecador, como todos).
La muerte de los inocentes, aquella que Herodes decretó para los neonatos y bebés de Belén, sigue en pie por un cúmulo de cosas que decreta la tradición religiosa y la traición humana. ¿Quién puede librarme de pensamientos criminales? Si en mis pecados pienso o deseo como otro asesino.
Yo querría señalar un grupo de cosas, pero sólo me basta este pequeño ejercicio de letras que puede ayudar a entender que “la navidad”, una tradición sincretista y secular de la iglesia católica, no tiene mucho de significante estos días y, su valor religioso, su valor espiritual, sólo se reivindica cuando hombres y mujeres –católicos o no- cambian su vida con una nueva actitud.
Puedo hablar bien de algunos curas, de algunos pastores evangélicos, pero no puedo hablar bien de mí cuando no obro de acuerdo al amor ni a la forma de vida que Jesús mismo nos ha propuesto.
Puedo hablar bien de Teresa de Calcuta, de muchas monjas, pero puedo hablar muy mal de mi actitud cuando le niego el pan a un niño hambriento o a un corazón sediento de verdades.
No puedo proclamar una verdad con una mentira. No puedo enseñar una verdad sin el buen ejemplo, y esto es lo que reprocho de mí, de otros, particularmente cuando ya no tengo la presencia amorosa de mi abuela, la condición afectiva que desearía, y un grupo de cosas que son ajenas a mi normal estado de ánimo (me refiero a los intereses socio-políticos prevalentes, una mala administración de la economía, y esas cosas que se escapan de mis mortales manos).
Sea lo que fuere, los inocentes mueren conforme nacen. Mi parte, si me debo a ella, algún día será concluida como cada palabra es terminada.

A.Toro        Petare              Dec. 25, 2012

Monday, December 10, 2012

Oración de fe


Estos días alguien me regaló un modelo de oración. No se parece a la elaborada estructura de la famosa oración del “Padre Nuestro”. La presentación es acartonada, de calidad y me parece que se puede conservar años y, la misma, se puede republicar pero, al leerla, no pude menos que hacerme algunas preguntas: “¿Cuál es su procedencia? ¿En qué momento la registraron?

La leí, traté de asimilar lo que se dice, lo que se ofrece, lo que se compromete y espera.
De inmediato, traté de hallar paralelismos, referencias neo testamentarias y precedentes judíos, cristianos o católicos.

Las oraciones no son como un poema que, quien lo escriba, pueda dejar su firma, su nombre e incluso, un registro de la patente registrada. En cada oración, hay mucho de lo personal, de lo mío, de lo suyo; de lo colectivo y lo personal. Sin embargo, Jesús, en Su modelo personal de oración (el Padre Nuestro) emplea el “Danos”, el “perdónanos”, y otras fórmula que dicen “Padre Nuestro”, como un colectivo, como una hermandad; no obstante, la “oración de fe” es totalmente opuesta, unipersonal y decisional: “Yo decido, yo confieso, yo me arrepiento y pido.”

Hay diversas confesiones, hay diversas denominaciones y, al parecer, cada una adoptó un formulismo, un protocolo y, algunos de éstos, son rigurosamente controladores (si no paso por un proceso de selección, en el que ellos usurpan el lugar de “dios”, no podría participar de la comunión de la iglesia ni del bautismo).
Si la iglesia judeo-cristiana del 1er siglo era proselitista, las distintas denominaciones del siglo 21 hacen acepciones, y más si se trata de gente adinerada, de la élite burocrática o profesional…

La oración de fe, en cuestión, es una de varias “bien intencionadas”. Es, en efecto, otro modela de confesión de fe pero ¿Qué paralelismo tiene con la iglesia del Primer siglo, la que inició Jesús y no sus adeptos?
Juan Bautista, el heraldo del Señor Jesús –que sepamos- no empleó un formulismo para la CONVERSIÓN ni el bautismo de judíos que confesaban sus pecados en el río Jordán. El formulismo que sí demandaba, indudablemente, era la sinceridad del corazón, la conversión del alma, la metanoía de la voluntad pecaminosa a la transformada por la buena conciencia del evangelio.

Juan había notado la insinceridad de muchos que se le allegaban para recibir el bautismo. Muchos -en ese tiempo- pensaron que el perdón de pecados era debido al agua, al lavamiento ceremonial, al cumplimiento protocolar de una asistencia, una cola y 3 palabras soltadas al aire… ¿Era un estúpido Juan el bautista?
Algunos llegaron dándose golpes de pecho, hicieron alguna cola larga, como para recibir un regalo (el perdón de pecados) pero era como si decenas de personas fueran al cajero electrónico de un banco y, al extremo de la fila, se encontraban a un vigilante que les decía: “¿Ud tiene cuenta bancaria con nosotros?... ¡Ud no es cliente nuestro!”.
Juan -en su bautismo de agua- requería un ARREPENTIMIENTO verdadero, como fruto digno. Él condenó a esos hombres que venían a bautizarse por si acaso… (“Uno no sabe qué pasará luego”, dirían algunos). Juan criticó a los muchos que venían de los saduceos y de los fariseos. E lugar de decirles “cuaimas” les dijo serpientes (Mat. 3:7) y era obvio que imaginan que, al bautizarse, huirían del castigo venidero ¿Realizas algún  sacramento, alguna obra religiosa, creyendo que al hacerla, recibirás protección o una “bonificación” adicional?

Jesucristo, más adelante en su ministerio, predicó sobre la oración (Mateo 6:515). Si Su exhortación fuera hipócrita y sin Su ejemplo, Él mismo hubiera dado varios modelos para orar y “rezarle” a Dios, pero el Padre Nuestro es el modelo “clásico” a innovar y personalizar y, en la simple lectura, podemos inferir que a Él no le gustan las repeticiones sino las oraciones en AMBIENTES PRIVADOS, íntimos y en lo secreto. Tras leer Mateo 6:5 tengo la impresión recurrente que, para aquellos días, ya había una clase de religiosos que amaban “ser vistos orando y públicamente”… ¿Soy más cristiano por practicar mi religión en público o presumidamente?

Jesús, contrariamente al modelo propuesto en “Oración de Fe”, hace recomendación de que deberíamos estar en los aposentos, privados de las interferencias mundanas, recluidos en la privacidad de nuestras habitaciones interiores; porque la oración es algo personal, en intimidad con Dios ¿La trillada oración de fe es un modelo copiado de los escritos emanados de los concilios católicos romanos?
Nótese que, si todos repetimos lo mismo, si el modelo es una auténtica copia repetitiva, estandarizada, seremos como loros, diciendo siempre lo mismo con palabrerías.
Si el Padre Nuestro es un modelo para la oración colectiva o comunitaria, la “oración de fe” es un modelo para la oración de confesión privada pero ¿No está llena de palabrerías?

Si me quiero casar, no basta que yo vaya al padre y a la madre y les pida a su hija. Antes de hacer eso, tengo que HABER CONOCIDO a la chica que me gusta o se agrada de mí. Tengo que haberla tratado bastante para que ME ACEPTE y yo la acepte, también. ¿No es lógico que ambos NO nos conozcamos, antes de enredarnos en promesas e emociones?

Una vez que mantengo trato, una relación amistosa relativamente prolongada (cuando menos un año) puede que ambos nos gustemos –lo suficiente- como para que ella o yo pensemos en una relación formal que vaya más allá de la amistad, a medida que nos volvamos íntimos y nos familiarizamos con nuestras afinidades y/o diferencias (que las hay de todo tipo).

Puede que ella y yo tengamos algunas diferencias, fuertes discrepancias, choques de opinión pero, en atención al amor, a la linda relación, lo comprometido… ¡incluso conveniencias! nos separamos un tiempo y, aclarados nuestros puntos divergentes, nos reconciliamos y volvemos (o quizá nunca nos veamos).
Al cabo de años, si seguimos juntos, si así nos ha parecido, anunciamos nuestra boda y, siendo mayores de edad, no necesitamos la aprobación de nadie y, si somos sabios -en cierta medida- siempre es bueno un consejo de afuera...

Antes de casarnos, antes de prometernos cosas, uno tiene que haberse demostrado –con hechos- esa disposición, esa lealtad, ese COMPROMISO de seguir siempre adelante, al costo de lo que sea posible.
Si estoy enamorado, si ya no soy un sinvergüenza, lo más lógico es casarme antes de tener intimidad sexual con la que pretendo tomar por mujer.

¿Es fácil que alguien se vaya a la cama sin preservativos, sin una garantía profiláctica de que no contraerá enfermedades sexuales? Y, en el supuesto que algunas parejas consientan tener relaciones sin fines románticos ni reproductivos ¿No hay una clase de acuerdo económico, higiénico o una aclaratoria de que no existe un compromiso verdadero ni duradero?

En relación a un vínculo serio, donde pueden venir hijos sin una debida preparación emocional, psicológica, habitacional y económica, lo normal es que se hagan acuerdos nupciales o prenupciales. Cualquier cosa que se haya dicho, cualquier cosa que se haya acordado verbalmente - en su momento- se asentará en un registro, en unos papeles, ante abogados y en una notaría o registro civil… ¿La oración de fe tiene más poder que un contrato matrimonial?

Suponiendo que tuviese más peso ¿Por qué hay tanto cristiano que ha dejado de serlo? Y, como contraparte ¿Por qué hay tantos divorcios e hijos fuera del matrimonio?

La oración de fe, tanto como cualquier de promesa de amor, es un “bonito” modelo de palabras que se puede decir, hasta con sinceridad de corazón. El bautismo, tanto como mi firma en un papel, no garantiza mi idoneidad ni fidelidad para cumplir lo que expresen esos contratos de palabras y, siendo que “contractualmente” Dios no está presente para garantizar dichos acuerdos ¿Cómo sabe alguno que el otro va a cumplir lo que promete? (Sabemos cuán falible somos: Hemos fallado antes). Pero Dios, ¿Me toma la palabra?

Dios no tiene problema en aceptar cualquier cosa justa que yo pudiera sacrificar para agradarle, pero –que yo sepa- siempre desea que se cumpla la justicia, que yo obre según mi palabra y que, si Él se ha comprometido en algo, SIEMPRE CUMPLIRÁ.

Dios tiene parámetros peculiares para ponderar el peso de nuestras almas y medir el peso de nuestras buenas y malas intenciones, mas no así nosotros (que sólo vemos lo externo y lo superficial del carácter y de las palabras).

La oración de fe, en sí misma, no acompañada de hechos, es semejante a ese hombre o mujer que dice: “Te amo” pero es infiel con otra persona y, si no es desleal –físicamente- con la mente puede estar fallando alguno, y más cuando los hechos de ese supuesto amor no van acompañado de flores, atenciones, cariños; sino que tales palabras se contradicen por desdenes, mentiras, violencia física junto a la verbal (hombres y mujeres hemos caído en ello).

La “metanoia”, la conversión y el arrepentimiento pueden ser tan rápidos como la experimentada por uno de los ladrones en el calvario. No sabemos si, en algún momento, ese ladrón fue al bautismo de Juan el bautista. No sabemos si, en alguna oportunidad, haya estado atento a las charlas que Jesús daba en esos 3 años de ministerio público; no obstante, podemos estar contentos al saber que, indistintamente de los pecados que haya hecho a lo largo de su vida, Jesús mismo le dijo: “Hoy ciertamente estarás conmigo en el Paraíso”. ¿Lo salvó el bautismo o su arrepentimiento seguido de una confesión de fe? (Mateo 27:44
Ese criminal no tuvo oportunidad de tomar un tratado para leerlo ese día y, estando crucificado, lo menos que desearía es tener una pesada Biblia en sus músculos adoloridos. Sus palabras -quizá resumidas- nos las remitieron de este modo: “Acuérdate de mí, cuando vengas en tu reino” (Lucas 23:40-42)

¿Me conviene hacer una oración, repetir un modelo trillado de palabras, en las que prometo algo y no cumplo nada?

La oración de fe –comparada con el Padre Nuestro- es una oración pública de categoría inferior, es un acto protocolar para iniciarnos en una relación con gente de iglesia, bien intencionada, por cierto, que desea guiarnos a un mayor conocimiento de Jesucristo, Sus enseñanzas, etc. Si no la has hecho no te pierdes nada, pues, según sea tu vida, estás perdido o más confundido que antes, pero –tal vez como el ladrón del Calvario- necesitas acercarte al hijo de Dios, al Señor Jesucristo, para poder comprender un grupo de cosas que antes no entendías o no le hallabas sentido.

No necesitas formalidades, sólo creer a lo que Dios te hará entender, seguir, desear y comprender. La religión no te sirve sino para el autoengaño pero, el estudio (incluso el autoestudio) puede llevarte a entender secretos que no estaban escondidos, sino soslayados.

A.T.     Dec. 10, 2012

Thursday, November 08, 2012

Carta pública al Cdno. Roberto Hernández Montoya


 

Leí su librito “Más adicto es Usted” (de 91 págs., 500 mil ejemplares, año 2004).
 
No objetaré su opinión política, su opinión libertaria acerca del uso de las drogas, sino daré una opinión que se basa en un factor verdadero que suele pasar desapercibido.

En la Página 12 de su obra, Ud comentó –a favor de sus argumentos- que Jesucristo dio al “vino” un lugar preponderante y “santo”, al momento de la “Última Cena”.

Me apena y me incomoda que -Él mismo- no se sirva aclarar públicamente Su opinión, ni explique bien lo que Él quiso decir, fuera de esa figura metafórica, o en una imagen de retórica. Sin embargo, como no es la única persona en pensar de ese modo –que yo diría es la forma más católica y aceptada- por lo universal de esa interpretación, que me tomaré un buen rato argumentando (quizá a solas, excursionando en estas letras).
Muchas personas manipulan ese momento para “apoyar” sus argumentos (a favor o en contra). No desapruebo su opinión sobre el alcohol o las drogas. No las apruebo, sino para fines medicinales (y no las apoyo en sus usos “santos”, religiosos, ni místicos) pero me explayaré poco (es mi tiempo, y pido del suyo).
·         En 1er lugar, Jesús no “santificó” al vino.

·         En 2do lugar, ese día Jesús ni los suyos tomaron “vino”, sino un batido o refresco del jugo de uvas. (Lucas 22:18, no es “Oinos”).

·         En 3er lugar, con motivo de la celebración / conmemoración de la pascua judía, nadie debía tener levadura en sus casas (si eran judíos) y muchísimo menos debían tener elementos fermentados en sus comidas ni en ideas de sus vidas (y, entiéndase que, la levadura fermenta, leuda, el trigo de cada PAN).

El día -noche del 14, del mes Nisán- esa “Última” cena, se celebraba / conmemoraba LA PASCUA judía, la noche del tiempo en que ellos mataban y comían un cordero, sin defectos, tal como han hecho durante siglos, recordando la noche en que Israel era liberado del yugo egipcio, cuando Moisés les sacaba de la esclavitud de Egipto. (Leer Génesis)

Esa noche, toda la gente de Israel ESCLAVIZADA EN EGIPTO, salió corriendo de la provincia de Gesém cargando la masa de harina de trigo en sus lomos, SIN LEUDAR, sin fermentar, y eso tiene un significado que conmemoran –algunos- por siglos.

Los judíos, contemporáneos a Jesús, celebraban esa fiesta de Pascua, llamada –también- la Fiesta de los Panes sin levadura (quizá haya confusiones en eso, pero no para los judíos, que tienen su calendario de fiestas religiosas).

“Originalmente”, como puede leerse en los primeros libros de la Biblia (Éxodo 12:3-17, 18-19; Números 9:10-11), Moisés “dirigido” por Dios, ordenó que todo Israel celebrase la Pascua, con carácter “perpetuo”;  de modo que, lo que “celebraba” Jesús, aquellos días en los que le crucificaron, era la víspera y, en lugar del “Cordero de La Pascua” –Su muerte- representaba la sangre del animal sacrificado (que tomaron en la copa de lo que Ud dice era “vino”).

Hoy día no sé cómo celebran los judíos esa “tradición” pero, en un principio, los judíos debieron echar sangre en los dinteles de sus puertas (fuera de Jerusalén) tal cual hicieron en sus casas (esclavizados en Egipto). Hoy, lo que Jesús significaba para nuestros tiempos, era un sincretismo de aquellos días con el presente que Su cena alegorizaba. Si no comemos de aquel cordero “que quita el pecado del mundo” Su cuerpo –según los católicos- se transustancia del pan (hecho sin levadura). Así que, lo que Ud dice “vino”, no era una fiesta como la de las bodas de Caná, no era una festividad alegre, embriagante, sino una triste cena de despedida, en la que Él representaba al “cordero” que Israel y el mundo “comería”: Esa “sangre” no era “vino”, sino jugo de uvas, sin fermentos, sin alcohol.

Hay quienes critican esta forma ridícula de “espiritualizar” un acto de sacrificio y muerte (para posterior victoria). No tengo las palabras exactas de Jesús; pero no las dije yo -las dijo Él- en los “santos” evangelios ¿Cuán santas pueden ser, en una mesa de vino?

Yo no soy nadie para juzgar la interpretación de Jesús, ni la suya; pero cada persona es totalmente libre de usar imágenes, alegorías y, en el caso de su libro, Ud justificó la “santidad” del vino ¡Pero no era vino! (sino fruto de uvas). ¡Lo leerá mejor en la traducción de Lucas!

Al parecer, luego que Israel volvió del exilio babilónico, se añadió el uso de un par de elementos a la celebración “original” de la Pascua que Moisés prescribió. Un estudio del Antiguo Testamento puede comprobarle que, en ningún momento usaron “vino”, así que, tanto el “vino” o el fruto de la vid (jugo de uvas) son elementos añadidos.

Me extraña que Jesús mismo, no fuera “legalista” en esa modalidad y práctica pero, como sabemos, se echaba Sus palitos pues, sería UN GRAN HIPÓCRITA al dar VINO  a los que beben (Ejemplo: En las bodas de Caná, Juan Cap. 2) y no beberlo -¡en absoluto!- por motivos “religiosos”… ¿No sería como el traficante de drogas? Unos las comercian, otros las producen, pero le dicen a sus hijos: “¡Muchacho! No consumas eso ¡porque es mala la droga!”.

En casi todo lugar del mundo tenemos la misma interpretación y la opinión católica errónea de ese momento: No era vino. Tanto prevalecen ciertas creencias que, en siglo 15, los artistas solían pintar a Jesús crucificado por LAS PALMAS de la mano (y hoy se sabe que así, no fue el asunto).

Lo que se celebraba era la Pascua Judía, no una cena navideña, no una cena de alegres despedidas. ¿Era vino? ¿Santificó su muerte en el gozo del alcohol?

Sé que, en la Biblia, hay varias fallas de traducción, transliteraciones, pero –Su “vino”- no era más que el “fruto” de la vid, sin fermentos; tal cual la pascua judía no usa pan con levaduras. Él representó al PAN de vida, la sangre del CORDERO inmolado, crucificado en una cruz… ¿Cuándo bebieron sangre –alcoholizada- los judíos? (un sacerdote católico sabría).

Teóricamente, en esa religión de Israel, no se emplea nada que adultere los alimentos ingeridos (Kosher) y, por esa simple razón, el Cordero de la Pascua era un “cordero perfecto”, sin defecto (muy escogido) y, todos ellos debían estar ceremonialmente “puros” (de allí el apuro por bajar a los 3 crucificados, partiéndoles las canillas).

El día judío de La Pascua, contrariamente a occidente, comienza luego de las 6 pm, en el ocaso (a la entrada de la noche). Jesús –como ellos- seguía tales costumbres: Pan Sin levaduras, hierbas amargas, carne de un cordero especial y, si tomaban “vino”, no podía ni debía llevar –ceremonialmente- los efectos fermentantes del alcohol.

“Mosto” o “Vino nuevo”, en griego, se escribe parecido a “Glyoo´-kos”.

Según la “ley” judía, la antigua -desde luego- nadie debía usar ropas con mezcla de fibras ni debían sembrar con semillas distintas un mismo campo ni, tampoco, poner a trabajar a un buey junto con un burro (Deut. 22:10-11 y Números 9:3, respectivamente) y, muy a propósito, varias veces puede verse la “asociación” de que –el hombre allí- se le vincula a la terquedad del animal… ¿Cómo mezclar pan SIN LEVADURA junto al “vino” embriagante, y en una cena de tal despedida? (Jesús era judío, no católico).

Lo que haga Ud (lo que haga el mundo) ya no importa, habiendo dicho esta verdad del jugo de uvas.

Yo soy la vid verdadera… Sin mí no pueden vivir”.  (Jesucristo, en el libro de Juan).

Antonio Toro                     Nov 8, 2012

Monday, November 05, 2012

Mi yo católico



Largamente he discutido con mis argumentos. Tengo dos décadas tratando de deshacerme de toda la trama de fallas que he construido como un cortafuego en lo que pensé era mi fe, mi verdad, en lo que he mal llamado religión.

En primer lugar, como cualquier pensante debe saber, la verdad o una noticia, debe ser investigada o sacada de LA FUENTE ORIGINAL que la produjo. Si un suceso ha acaecido, yo debo informarme de la fuente original y, en su defecto –no existiendo ella- debo enterarme de LOS TESTIGOS, la evidencia histórica, o LAS PERSONAS QUE ESTUVIERON PRESENTES.
Si voy a la universidad, si me piden que haga una tarea sobre historia universal, específicamente sobre LAS PIRÁMIDES y su distribución,  debo remitirme a los libros, a las bibliotecas y las fotos (como evidencias gráficas) y LEER más SOBRE EL TEMA, de diferentes FUENTES y diferentes escritores, porque sólo de los eruditos, de los estudiosos, puedo aprender del pasado y, sólo teniendo algo de fortuna, podría darme una vuelta por el mundo y verificar que, en efecto, sí existen las pirámides de Egipto (2.500 a.C.), las pirámides precolombinas Aztecas de México (200 a.C.), las Mayas de Centro América o las de Perú (la pirámide de Ushno o las de Chanchán). Se sabe que hay pirámides en Sudán, África (las pirámides Cusitas), incluso, las halladas en el meso oriente o en China.

Cualquier persona, sin mucho talento, puede “creer” a las evidencias arquitectónicas dispersas por el mundo. Sin ser sabios, de la historia universal, por las pruebas arqueológicas realizadas, por restos humanos y evidencias artísticas, podemos aceptar la verdad de que las pirámides tuvieron un uso “sagrado”, un uso religioso, una finalidad mística, mezclada con otras realidades particulares a cada sección del mundo y en su tiempo (tal como los castillos de Europa tuvieron un fin militar, luego uno que sirvió primordialmente a la exclusividad de la nobleza).

Es bien interesante el hecho de que, durante el proceso de la colonización y dominación de toda América, muchas iglesias católicas se hayan construido sobre los sitios sagrados y lugares de culto de los pueblos conquistados y dominados por otras razas o tribus ¡Se ha hecho por siglos! Y en todo el mundo. ¿Se entiende lo que ello significa? ¡Igual pasa en Venezuela! Si nosotros llamábamos a la montaña norteña de Caracas “Ávila”, el patrioterismo chavista la rebautiza como “Guaraira Repano”, aduciendo que ese era el nombre indígena que los indios venezolanos le ponían al MISMO LUGAR. Para los efectos, no es “reivindicar” la tradición de nuestros ancestros ni honrar nuestro origen, sino chocar IDEOLÓGICA-MENTE la cultura de estos últimos 30 años, en un acto de Sometimiento Ideológico, que es lo mismo que hicieron los conquistadores españoles, derribando los altares primitivos y sustituyendo “la religión” originaria indígena, local, y reemplazándola por una verdad “nueva”, exportada de Israel-Roma y del viejo continente.
Si Ud es católico, si Ud tiene religión o alguna vez siguió un objeto de veneración o culto, debería saber qué le hicieron a su mente para que fuera conquistada por una idea (misma que, quizá, no es la verdadera ni la mejor).

A mí no me impusieron nada, pero me trajeron al mundo en un lugar donde había ideas prevalentes que no eran de ellos ni eran mías: Las recibí en buena fe y por IGNORANCIA. Crecí y fui educado con valores que no eran ciertos, pero los asumí como verdaderos: Era malo decir mentiras pero, cada vez que me convenía o sirvieran, debía decirlas (y funcionó bastante tiempo, hasta que la verdad se descubría o me descubrían las mentiras).

Todos decimos “odio las mentiras”, pero qué conveniente que todas ellas me sirven -como excusa- para evadir mis responsabilidades o evitar las consecuencias de mis omisiones o faltas y, de un modo cultural, la “mentira”, se introdujo como un VALOR en la mente de quienes deseaban conquistar, dominar, vencer y, se introdujo como un VALOR y “mandamiento” que los sometidos debían respetar y evitar, para cumplirle al hombre o mujer en jerarquía superior: El de arriba puede mentir, el de abajo no debe “ni puede” mentir (o sufrirá las consecuencias).
¡Me explico?

Si Ud, o alguien miente en sus declaraciones de impuestos, será sancionado por “la ley” (la ley del que Ud ha puesto como “dios” en los asuntos de administración del Estado) o de la sociedad en que vive. Si Ud se pasa una luz roja, si no se detiene y frena oportunamente ante un cambio de señales de un semáforo social y transgrede una ley que nos somete “igualitariamente” a todos, Ud y yo nos exponemos a sanciones, por “el pecado” de no respetar la ley y, su falta (las mías) tienen un precio que debemos pagar.
Yo, Ud., millones de personas decimos: “¡Dios es bueno! Él sabe que si me robo este pan es por hambre, por no tener dinero para pagarlo… ¡Me perdonará!”. Si Ud se roba ese pan ¿Lo perdonará el dueño de la panadería? ¿No le cobrará el cajero? ¿No querrá una compensación el policía corrupto? (pagará con una cifra de cohecho, con el precio del soborno, o será sometido a la voluntad de la autoridad o a la autoridad del propietario del pan).  ¡Ud. y yo pagaremos!
El católico, en medio de su forma de pensar, en medio de su fantasía religiosa, tiene esa clase de pensamiento “Dios es bueno y me perdonará” y, al hacer cualquier truhanería, tiene una ridícula idea de que Dios no sirve de nada, al igual que nuestras leyes terrenas (y no son siempre una manera de subyugar ciudadanos ni de someternos a otras ideas).
Los que nacimos en sociedades necesitamos regulaciones sociales. La religión, en cierta medida es una forma de regulación, de dominación y de sometimiento; pero tiene algo de verdad, algo socialmente necesario, pero algo humano que sí necesita el individuo (más que como instrumento de dominación de voluntades).

Mi yo católico puede entrar a una sesión de brujerías, de espiritismo, y no siente culpa de haber hecho algo malo (no conoce el instrumento legal, el códice judío que dio las leyes y los mandamientos que recibieron los judíos, y éste pasó luego a los cristianos).
Mi yo católico puede robar, puede matar… (así sea sólo con la mente) y luego entrar a la iglesia dominical.
Mi yo católico se da unos golpes de pecho, 5 avemarías, y sale tranquilo, “en paz”, para luego entrar a un burdel o follar con la mujer del vecino, porque “si ella me lo da, yo me lo como”. ¿No soy un hombre? (me lo digo a mí mismo) No me importan las consecuencias (pero cómo me arrecha la idea de que alguno de mis hijos sea del vecino, o de algún amante de la que fue mi esposa).
Mi yo católico no repara entre lo sacro y lo profano.
Mi yo católico no discrimina entre lo bueno y lo malo, lo que me perjudica a mí, ni lo que daña a los demás.
Mi religión es tal que, si llevo un uniforme, me da lo mismo actuar como policía y hacer el delito que debía proscribir de otro ladrón.

¿Por qué soy católico?
En primer lugar, universalmente, no soy nada ni nadie si no discrimino ni reparo en los hechos que hago.
Si no tengo conciencia del mal o del bien, soy más dañino que un hipócrita, y la sociedad debería castigarme, apedrearme; porque ni la respeto ni respeto el derecho ajeno de cada individuo: Sólo hago lo que me conviene y “prohíbo” que me hagan el mal que practico, con libertad, y a conveniencia.
Mi yo católico merece el castigo de leyes terrenas, cuando actúa con la impunidad que disfraza un uniforme militar o una sotana pastoral.
La autoridad que me ha dado la sociedad en que vivo es nada si, con pretexto de representar a la misma, traiciono los valores que debía defender: No soy mejor ni peor que nadie, no estoy por debajo ni encima de ninguno.
Mi religión, preñada de ideas falsas, no conoce el origen ni la causa.
Si soy parte de la cristiandad, si me autoproclamo “cristiano”, no he investigado nada de quien produjo el movimiento, ni sé nada que –a través de Él- el cristianismo hoy me lidera.
¿Quién fue Jesús?
¿Existió, en verdad?

Hoy, lastimosamente, no tenemos las evidencias testimoniales originales (han pasado 2.000 años). Sin embargo, el trabajo de algunos nos ha servido para determinar, mediante varios métodos y sistemas, la historicidad del que sí estuvo entre nosotros, del mismo modo como los judíos creen que Moisés estuvo en su tierra y que –a través de él- el pueblo judío salió de la esclavitud de Egipto: Se escribieron pruebas testimoniales, lo que se reconoce por historia.
Mi yo católico no investiga, todo lo acepta como materia de fe, pero no lo cree, no lo vive, no lo aplica a la vida.

Yo puedo decir que mi religión es “tal”, pero no evidencio la verdad de mis convicciones porque no las tengo, no necesito demostrarlas a nadie y, lo que crea es un asunto personal y sólo mío. ¿Rindo cuentas a Dios o a mi endiosamiento?
Hoy, quizá no tanto como hace 5 siglos, el CRISTIANISMO sigue siendo un instrumento de DOMINACIÓN IDEOLÓGICA.

Si sus doctrinas no se basan en verdades, sino en normas de hombres, estas –indefectiblemente- perecerán por el desuso, por lo impráctico, por el abuso o ignorancia.
Si sus doctrinas son principios que avala el Dios de la Cristiandad, si son aplicados universalmente, deberíamos reconocer que éstos guardan relación y semejanza con las ideas de Confucio, con las ideas que inspiraron la filosofía del Confucionismo y, como éste, el Cristianismo debería ser ajustado a lo largo de sus siglos, pues, actualizándolo -quizá- finalmente se mantenga aplicado como verdad. Sin embargo, innegablemente, también, la Cristiandad está dividida en distintas “escuelas”, distintas interpretaciones y desajustes, que la manifiestan dividida, desarticulada como INSTITUCIÓN, aunque todavía funcione como religión (incluso en su aspecto de dominación ideológica tradicional).
El problema del Cristianismo -y de cualquier sistema de creencias- no está tanto en el diseño de su estructura de creencias, sus doctrinas u organización jerárquica; sino en el grado de compromiso de los adherentes al credo religioso. Si yo, como individuo, no muestro coherencia ni subordinación a la jerarquía o doctrina, el sistema religioso pierde el poder para el que fue diseñado, y será sustituido por otro que (tal vez) responderá a las necesidades político-SOCIALES e INDIVIDUALES de cierto momento.
Si por momentos dudase de la ideología Confucionista (tuvo vigencia oficial en China, 500 años antes de Cristo) o del Cristianismo (como religión filosófica), me queda el remanente histórico de la tradición que se ha mantenido más allá de estos mil quinientos años, así como otras referencias testimoniales, copias de registros originales datados y relacionados con métodos científicos, con pruebas químicas no destructivas, mediante análisis sacro-literarios, geo-arqueológicos y pruebas (destructivas) radiactivas de datación con Carbono 14 (de vida media de 5.700 años), etc.

Si quisiera establecer la veracidad de “la verdad” pasada, para conocer si hay certeza futura, debo INVESTIGAR LAS FUENTES, los libros, los registros y el trabajo de eruditos…
La Biblia, por ejemplo, no me dice sino la historia local de Israel (el resto de nuestro mundo parece ajeno). Aunque una parte de Génesis haya dicho: “En ti serán benditas las naciones del mundo”, no hallo un sitio que me hable particularmente de China, de La India ni de América (pero sí hay implicaciones mundiales) ¿Ejemplo?  El origen de las razas, el diluvio, etc.
Mi Yo católico parece olvidar que, mi religión, fue un instrumento de dominación ideológica que los romanos utilizaron para conquistar y someter al resto de ese mundo que  anexaron al imperialismo pagano que forzaban conservar cada siglo. Cuando éste, históricamente dividido decayó en dos, el emperador Constantino –en Constantinopla- representaba al poder imperial y el poder papal. Así, de ese modo, hubo una simbiosis del poder del Estado y de la Iglesia Católica, en un solo hombre (la iglesia ortodoxa griega, de oriente, se había separado de la romana).
Durante el Cesar Papismo Occidental (el imperio romano se había dividido) se quiso cohesionar nuevamente el poder: Usando elementos religiosos y paganos (la iglesia ortodoxa griega se parecía más a las enseñanzas del judaísmo). Hubo problemas iconoclastas, se crearon doctrinas heréticas… Unas se incorporaron a la fe (adoración de las imágenes), otras se combatieron mediante concilios, y el más significante pudo ser el de Nicea (20 de mayo al 25 julio del 325 d. C.)
El emperador Constantino I el Grande convocó un concilio debido a la doctrina del Arrianismo: Ésta quebrantaba la naturaleza divina de Jesucristo. De los 1.800 obispos censados en todo el Imperio Romano, sólo asistieron 318 a Nicea.
Si tuviera dudas de cómo nació el Cristianismo, tengo ya la referencia de cómo salió de una aplicación nueva del judaísmo. Luego, cuando el cristianismo originario insertó elementos paganos, evolucionó hacia el catolicismo romano “apostólico”; pero los apóstoles, discípulos originales de Jesucristo, no practicaban las costumbres que el catolicismo romano fue inyectando a la fe original (que se parecían más a las prácticas judías).

En ese concilio se “definió al Hijo (Jesucristo) como consustancial con el Padre”… Ello me mueve a la siguiente pregunta: “Trescientos años antes ¿No habló claro Jesús a Sus discípulos? ¿No habla el evangelio de Juan sobre Su naturaleza divina?”  Por inferencias, repregunto: ¿Será que el evangelio de Juan es un agregado añadido por el Concilio de Constantino?
Mi razón me dice que, todo lo que leo en el evangelio de Juan habla de la preexistencia de Jesús, Su naturaleza divina… Los apóstoles, en más de una oportunidad, veneraron Su deidad en los evangelios: Al verlo caminando sobre el agua, multiplicando los alimentos, secando una planta que no producía frutos… ¿No escribieron –a tiempo- esos testimonios apostólicos? ¿En qué momento histórico comenzaron a escribirse y a publicarse los primeros evangelios? ¡Los testigos apostólicos eran la única evidencia viva que podían escribir de la vida, de la muerte y la resurrección de Jesús y, si eso estaba escrito, establecido ¿Por qué 300 años luego, Constantino y 300 hombres reunidos en Nicea, tenían que combatir fuerzas heréticas, doctrinas de hombres, cuando ERA OBRA DE 11 APÓSTOLES ATESTIGUAR sobre la vida, las obras y los hechos de Su Señor resurrecto y glorificado? (¿Esto es duro, no?).
¿Estaban escritos o no, los evangelios, antes de ese Concillio? (supongamos que no y que el Imperio acomodó sus ideas a conveniencia) (la religión es un instrumento de dominación).
De ser así, si la historicidad de Cristo fuera una mentira “histórica” ¿Por qué tantos escritos y escritores lo han negado a lo largo de 2.000 años? (mientras que otros lo afirman) ¡Algo de verdad hay! (Tiene enemigos adentro y afuera del Cristianismo).
Independientemente de esos supuestos (que son válidos) ¿Por qué el catolicismo del siglo III separó las fechas de la celebración de LA PASCUA JUDÍA e inventó la fecha de la PASCUA DE RESURRECCIÓN?
¡Ojo! Los paganos de Roma inventaron una fecha “alternativa” para separarla y “distinguirla” de la misma fecha que Jesucristo celebró ¿Eso niega Su existencia o –más bien- la confirma? (La respuesta es positivamente obvia: Confirma a Jesucristo y procura separarlo de un rito que la religión tradicional judía celebraba -también Jesuscristo- siglos antes de Su nacimiento terreno).
¿Qué era el objetivo? ¿Separar a Jesucristo de Sus raíces judías o separarse del judaísmo mismo? (¡Obvio! Era paganizar lo judío, creando un nuevo modelo gentil, añadiendo elementos paganos y romanos: Si no se alteraba lo judío, lo pagano no tendría simbiosis religiosa ni representación sincretista “universal”).
El Concilio de Nicea (año 325) nos separó la conmemoración de la Pascua judía que Jesús celebraba. La diferencia no sólo fue cronológica (los católicos la celebran un domingo después que los judíos), sino ritual, litúrgica; para darle poder al obispo de Alejandría y a los patriarcados…
La pascua “cristiana” (católica) tiene lugar el domingo siguiente a la primera luna llena de primavera, por lo tanto puede variar entre el 22 de marzo y el 25 de abril y, en el contexto católico romano, ésta conmemora la resurrección anual de Jesucristo y la fiesta principal del año “cristiano”; pero, para el judío (una semana antes) se recuerda la fiesta que Dios pidió a todo Israel conmemorar en honor al día en que Él los sacó de la cautividad y esclavitud egipcia ¡Son dos cosas muy distintas!
En el “cristianismo católico” se añadieron valores que los judíos no practicaban: “…los recién bautizados llevaban ropas blancas, pues el blanco es el color litúrgico de la Pascua y significa luz, pureza y alegría.   ¿No hacen lo mismo los actuales SANTEROS?
De Encarta 2009 podemos leer lo siguiente:
2.
TRADICIÓN PRECRISTIANA
La festividad cristiana de la Pascua de Resurrección está relacionada con muchas tradiciones precristianas. Eran frecuentes, en el mundo pagano, las celebraciones durante el día del equinoccio de primavera, algunas cuyas tradiciones se mantienen hoy, como los huevos de pascua, originalmente pintados con brillantes colores para representar el sol de la primavera.
El origen de estas celebraciones, así como sus historias y leyendas, parten de fiestas semejantes en las religiones antiguas. En la antigua Grecia conmemoraba la vuelta de Perséfone, hija de Deméter, diosa de la tierra, desde las profundidades del Infierno a la superficie terrestre; simbolizaba la resurrección de la vida en primavera tras la desolación del invierno. Muchos pueblos antiguos comparten leyendas parecidas. Los frigios creían que su omnipotente deidad se iba a dormir durante el periodo del solsticio de invierno y ejecutaban ceremonias con música y baile en el equinoccio de primavera para despertarla. La fiesta cristiana de Pascua de Resurrección probablemente incorporaba una serie de tradiciones convergentes; los eruditos destacan la relación original de la Pascua de Resurrección con la fiesta judía de Pascua, o Pesach. Los primeros cristianos, muchos de ellos de origen judío, eran educados en la tradición hebrea y consideraban la Pascua de Resurrección como un nuevo rasgo de la fiesta de Pascua judía, una conmemoración del advenimiento del Mesías como anunciaron los profetas.
3.
LA FECHA DE PASCUA DE RESURRECCIÓN
Según el Nuevo Testamento, Jesús fue crucificado en la víspera de Pascua y poco después resucitó. Por consiguiente, la fiesta de Pascua conmemoraba la resurrección de Jesucristo. Con el tiempo, surgió entre los cristianos una seria diferencia sobre la fecha de la fiesta de Pascua de Resurrección. Los de origen judío celebraban la resurrección a continuación de la Pascua, que según su calendario lunar babilónico caía en la noche de la luna llena (el decimocuarto día del mes de Nisan, primer mes del año del calendario judío); para su ajuste, la Pascua de Resurrección cae en diferentes días de la semana de un año a otro.
Sin embargo, los cristianos de origen gentil querían conmemorar la resurrección el primer día de la semana, el domingo; según su método, la Pascua tendría lugar el mismo día de la semana, aunque de un año a otro caiga en diferentes fechas.
Un resultado histórico importante de la diferencia en el ajuste de su fecha fue que las iglesias cristianas de Oriente, que estaban más próximas al lugar de nacimiento de la nueva religión y tenían unas tradiciones más consolidadas, observaban la Pascua de Resurrección según la fecha de la fiesta de la Pascua judía. Las iglesias de Occidente, descendientes de la civilización grecorromana, celebraban la Pascua de Resurrección en domingo.
4.
DECISIÓN DEL CONCILIO DE NICEA SOBRE LA FECHA DE LA PASCUA DE RESURRECCIÓN
Constantino I, emperador romano, convocó el Concilio de Nicea en el año 325. El Concilio decretó por unanimidad (unos 300 hombres) que la fiesta de Pascua de Resurrección se celebrara en todo el mundo cristiano el primer domingo después de la luna llena siguiente al equinoccio de primavera, y si la luna llena fuera en un domingo y coincidiera con la fiesta de Pascua judía, la Pascua de Resurrección tendría que conmemorarse el domingo siguiente. Así se evitaba la coincidencia de las fiestas de Pascua de Resurrección y de la Pascua judía. Pregunto: ¿No era para separar una religión de la otra? ¿Para independizar los poderes y quedarse con uno de esos polos de influencia?
También (allí se) decidió que la fecha en el calendario de la Pascua de Resurrección fuera calculada en Alejandría, entonces principal centro astronómico del mundo. Sin embargo, la determinación exacta de la fecha resultó una labor imposible a la vista de los limitados conocimientos en el siglo IV. El principal problema era la diferencia de días, llamada epacta, entre el año solar y el año lunar aunque la complicación más grande se debió a la diferencia entre el verdadero año astronómico y el calendario juliano entonces en uso.
5.
POSTERIORES MÉTODOS DE DATACIÓN
Los sistemas para fijar la fecha de la fiesta utilizados por la Iglesia resultaron insatisfactorios y la Pascua de Resurrección se celebraba en fechas diferentes en diferentes lugares del mundo. En el año 387, por ejemplo, las fechas de Pascua de Resurrección en Francia y Egipto se diferenciaban en 35 días. Hacia el año 465, la Iglesia adoptó un sistema de cálculo propuesto por el astrónomo Victorinus, al que el papa san Hilario había encargado reformar el calendario y que fijó la fecha de Pascua de Resurrección.
La reforma del calendario juliano en 1582 por el papa Gregorio XIII, con la adopción del calendario gregoriano, eliminó muchas de las dificultades en la fijación de la fecha de Pascua de Resurrección y en la ordenación del año eclesiástico; desde 1752, cuando el calendario gregoriano fue también adoptado por Gran Bretaña e Irlanda, la Pascua de Resurrección se ha celebrado el mismo día en la parte occidental del mundo cristiano. Sin embargo, las iglesias orientales que no adoptaron este calendario conmemoran la festividad un domingo antes o después a la fecha observada en Occidente. Ocasionalmente las fechas coinciden: las ocasiones más recientes fueron en 1865 y 1963.
Puesto que la fiesta de Pascua de Resurrección afecta a un variado número de asuntos civiles en muchos países, se insiste desde hace tiempo en la conveniencia de que las fechas móviles de la fiesta se reduzcan en distancia o se sustituyan por una fecha fija, a la manera de Navidad. En 1923 el problema fue remitido a la Santa Sede, que no puso objeciones canónicas a la reforma propuesta. Sin embargo, la Pascua de Resurrección continúa siendo una fiesta móvil.

Todo esto nos demuestras un par de verdades:

·         Roma deseaba el control ideológico de lo que quedaba de su imperio dividido.
·         Se incorporaron elementos seculares -paganos- tanto de los ciudadanos romanos como de los pueblos conquistados y sometido a la religión del Estado Imperial romano.
·         Alejandría se convirtió en un polo de control político-religioso.
·         Los concilios se hicieron para adecuar los credos católicos a las conveniencias del sincretismo paganizado, separándoles –cada vez más- de las raíces judías monoteísta.
·         El centro de esa coalición de intereses fue la influencia “separatista” de la personalidad de Jesucristo. Se obviaron Sus enseñanzas, se añadieron otras (mayormente foráneas al judaísmo que practicó el Maestro).
¿Era Cristo el responsable de esa separación radical del judaísmo tradicional o fueron los mismos judíos que la procuraron, a conveniencia, junto a las autoridades romanas que deseaban la jerarquía política, mientras el sacerdocio peleaba posiciones ventajosas?

¡Les dejo esa idea!

A.T.  Nov. 2012