Tuesday, December 13, 2016

Argumentos contra una fe venida de enésima mano.



Parte Cinco. (09/12/2016)

Lo que hace grande a la Biblia, no son sus Letras Capitales.

Para esos siglos, quizá menos de 2 milenios, lo que se enseña allí supera al Código de Hammurabi y a la ética moral que muchos pueblos no conocían, que jamás practicaron (pese a ser más numerosos, teniendo mayores extensiones de tierra).

En un escrito respetable –quizá de Encarta 2009- hallé lo siguiente que, a continuación, transcribo:

Hasta que ese tiempo llegue (el regreso del reino de Dios) los seguidores de Cristo deben manifestar, a través de su conducta y sus relaciones, que están reconciliados con Dios. Tal es el íntegro mandato del Nuevo Testamento, heredado del Antiguo: La vinculación inseparable entre la creencia religiosa y una conducta ética y moral. El A.T. había insistido en eso y, el Nuevo Testamento mantiene el énfasis en ello.
Los libros del Nuevo Testamento están repletos de instrucciones acerca de esta vida terrena, no sólo en un sentido íntimo, sino también en relación con los vecinos, los enemigos, los familiares, los amos y esclavos, los funcionarios del gobierno y –en particular- con el propio Dios. Estas instrucciones se inspiran en el Antiguo Testamento, en las palabras y el ejemplo de Jesús, en los mandatos apostólicos, en las leyes que se notan en la naturaleza, en las listas de obligaciones familiares y en los ideales de los antiguos moralistas griegos.
Se entendía que todos esos factores tenían un origen común en Dios, quién espera –por Su parte- que su propia lealtad sea correspondida con la lealtad de quienes se han reconciliado con Él como familia.

¡Hermoso comentario! (le di dos pinceladas con mi toque estético) ¿No sucedió lo mismo -en la biblia- que alguien diera su toque de gusto personal y estilo?

La originalidad se pierde cuando se introducen nuevas ideas.

Esto (arriba) sólo fue un extracto de un documento más extenso, pensado para llegar –y cautivar- a un público lector (el consumidor final) y, si de veras lo extraje de Encarta (de veras no lo recuerdo, ni lo verificaré) es obvio que M.S. le dio toque empresarial a lo que es su patente comercial (la biblia no es comercial, pero, iba a un target que se necesitaba moralizar y desarraigar -“despaganizar”- para ir creando un entorno nacionalista “judío”: El sionismo –allá en Egipto- no existía).

Creada la primera nota Escritural Testamentaria, ciertamente (o no) por Dios y su profeta Moisés, la obra se fue desarrollando, se fue plasmando en piedras (tablets calizas) del mismo modo progresivo en que yo voy transcribiendo este documento donde presento mi larga disertación de razones por las que se me dificulta una fe venida de enésima mano.

Ya comenté -líneas más arriba- que la originalidad se pierde cuando se introducen nuevas ideas que alargan los conceptos originarios, interpolando explicaciones o detalles que no existían al principio y, que una vez puesto en papel (o sobre una tabla) –de madera en mi caso- tal escrito era susceptible a posteriores revisiones, al deterioro de su primaria cohesión por otros refinamientos, correcciones y, triste aún, mutilaciones humanas, destrucciones del tiempo, cambios de giro malintencionados o malinterpretados: ¡Así son las ideas! (y el que las defiende, las abroga y cuida es quien las creó o las inspiró) y, en el caso que trato –éste que me interesa- es que a Dios mismo no lo veo actuando (por amor a Su nombre) como Jehová Jireh (Él verá o suplirá); puesto que no se ha presentado a defender la TESIS del canon hebreo, o del canon neo testamentario, excepto en el caso de que haya delegado ese trabajo a Su Hijo, Jesucristo, y Él –muy inteligentemente- dijo con un cuento: “…Si no creen a Moisés, tampoco creerán si alguno se levanta de los muertos.” (Luc. 16:31). Y eso es muy cierto, porque el mismo N.T. ha pasado por la misma casa editorial judía, el revisionismo religioso hebreo y griego, y todo terminó en el mismo papel ético-religioso que amerita un bendito milagro antes del irreversible desenlace final: Juicio y condenación. ¿Por qué lo creo? Porque a nivel de lectura, leyendo buena parte del A.T., es fácil notar que la ley de causa y efecto está presente, no sólo en esa literatura religiosa, sino en el curso de los eventos que la biblia registra como “los juicios de Jehová” que –al mismo tiempo- parecen ser los mismos “castigos” que otras fuentes históricas ajenas a la Biblia revelan fueron el resultado del curso de la historia. Un ejemplo simple, especulativo, es que –si se derritiesen ambos cascos polares- el mundo podría estar inundado (en buena parte) en la mayoría de sus costas. El nivel de agua subiría, como para causar estragos donde hay poca altura sobre el nivel del mar y, si ello se acompañara de un gran tsunami, el daño mundial tendría más impacto, justo donde las costas son altas (sin retorno) lo que inundaría regiones por debajo del nivel del mar, creando grandes laguna y, el registro de tsunamis existe en Asia, desde hace años, y ya sabemos el cálculo aproximado que se tiene, hasta el presente, porque los maremotos son conocidos, pero no sabemos cuánto daño se produciría si las aguas del polo Sur y el Norte se derritiesen: Un par de bombas nucleares en ambos extremos, y un sobrecalentamiento global, podrían acelerar ese proceso apocalíptico que ya parece iniciado desde el Oriente (Apoc. 7:2) desde la bomba atómica de Hiroshima y Nagasaki, y el reyezuelo que desea explotar más bombas en el mar de China. ¿Se captaron las coincidencias? Espero que sí. Gog y Magog, también, andan en la periferia terrorista y comunista. ¿No? (Apoc. 20:8).

Si se compara el código de Hammurabi con el código ético-legal (religioso) de los judíos, la misericordia del último (la judía) prevalece sobre el código más viejo, aunque la muerte es un mal necesario en ambos códigos, como lo es para la gente de casi todo Oriente (Asia).

Un traductor (Federico Lara Peinado, 1986) publicó 30 artículos del código de Hammurabi y, aunque en la escuela de primaria ese código de “leyes” me pareció aburrido y sin importancia y –si nos rigiéramos por él hoy- nuestra sociedad sería otra (menos sobrepoblada, por ejemplo) aunque los métodos “probatorios de culpa o inocencia” de ese código Hammurabi son algo ridículos (y letales) ¿Lanzarse al agua para probar culpa o inocencia? ¡Me recuerdan a los métodos “probatorios” de La Inquisición!: Si soy joven y fuerte (y sé nadar) flotaré para vivir; pero, si la edad, la debilidad, la gordura (y pereza) me han inflado ¡No flotaré! (brujo y culpable sería).
Sin más preámbulos, dejo dos pares de artículos del código de Hammurabi para que ustedes mismos los comparen con alguno –misericordioso- en la biblia… ¡Ah! Y, el prólogo con que una piedra basáltica negra lo presenta, con “foto”, lo hace ver recibiendo dos objetos que representan poder y reinado, de manos de una “deidad” usada en su tiempo. De modo que las leyes, en muchas culturas, tienen procedencia divina (no terrena):

1. Si un señor acusa a (otro) señor y presenta contra él denuncia de homicidio, pero no la puede probar, su acusador será castigado con la muerte.

2. Si un señor imputa a (otro) señor prácticas de brujería, pero no las puede probar, el acusado de brujería irá al río (y) deberá arrojarse al río. Si el río (logra) arrastrarlo, su acusador le arrebatará su hacienda. (Pero) si este señor ha sido purificado por el río saliendo (de él) sano y salvo, el que le imputó de maniobras de brujería será castigado con la muerte (y) el que se arrojó al río arrebatará la hacienda de su acusador.
3. Si un señor aparece en un proceso para (presentar) un falso testimonio y no puede probar la palabra que ha dicho, si el proceso es un proceso capital tal señor será castigado con la muerte.

4. Si se presenta para testimoniar (en falso, en un proceso) de grano o plata, sufrirá en su totalidad la pena de este proceso.”

¡Uff! Acá todo se resolvía con la muerte. ¡Claro! En un gobierno centralizado (en todo centralismo dictatorial o monárquico) es más económico matar que mantener a la gente presa o sometida a régimen de presentaciones, particularmente, porque ello incrementaría la burocracia y el gasto público del Estado ¡Lo que no beneficia al gobernante ni a los pueblos! (El pueblo pagaría más impuestos, y el gobernante usaría menos riqueza en provecho propio) ¡Fin de la clase de economía!

El código Hammurabi no involucra el factor divino -siempre- en esas decisiones capitales y radicales, pero, si comparamos cómo Moisés resuelve esos casos “legales”, vemos que Moisés no siempre fue el juez –ni el centro ni el dios- que ejecutó el decreto de ley (no centralizó ese poder ni se asió a ese liderazgo) que nombró subalternos (al sacerdote Aarón, su hermano) y jueces de entre los ancianos [separación de poderes “políticos” interdependientes] y, que los casos muy particulares de “ley” (espiritual o muy ético-moral) sí fueron atendidos por él (como Magistrado de la Corte Suprema del Desierto). ¡Eso era crear conciencia nacional! (donde había otra civilidad: Idolátrica, por cierto). ¿No era Faraón visto como un dios? (Lean la biblia, y entiendan esa partecita).

Si en todo Oriente estuvo vigente aquello de “Ojo por ojo y diente por diente” o ¡Muerte por muerte! En Israel hubo ciudades de Refugio, mostrando esa misericordia que otros pueblos –paganos- no siempre tuvieron. Por extensión, por analogía, puedo ver que, desde el mismo Edén, la misericordia y el lugar de Refugio (no de condonación, sino de arrepentimiento) puede verse desde el Génesis cuando Una Condena Capital (la muerte) es sustituida por una pena temporal: Echándoles fuera del Paraíso, a otro lugar, en destierro (por el yerro).

Adán y Eva fueron echados fuera, a una tierra desconocida, no necesariamente desértica, donde “con sudor se ganará el pan” (Gén. 3:19). En lugar de matarlos –Le desobedecieron- les maldijo y les dio otra pena (dolorosa) aunque más llevadera que la muerte (Gén. 2:17) ¿Será por eso que yo no disfruto los beneficios de Su presencia? ¡Así es! Estoy pagando mi pena con privaciones de la Verdadera Vida (en lugar de estar muerto por mis pecados mortales).

Hammurabi, al igual que otros pueblos bárbaros o paganos, mataba (y echaba en el infierno) mas, la ley de Moisés, procura la paz de la restauración (o reconciliación) mediante la:
  • Sustitución (Una víctima por otra, que moría. Una pena por otra, que dolía)
  • Retribución (Un pago –aumentado- por el castigo merecido)
  • Remisión (Una intermediación espiritual y dialéctica, entre Dios y el culpable ó, entre el Juez, el culpable, y la víctima de la falta, que se cancelaba, pagaba o remitía, según un acuerdo negociable o espiritual) ¡Como esos casos de celos! (Núm 5:15)
  • Muerte (solución terminal).

La privación

Adán y Eva pudieron morir inmediatamente. Sus espíritus pudieron morir al momento en que tomaron la fruta y la comieron y, en todo caso, si eso hubiera sido en el acto, la que debió morir (únicamente) fue Eva ¡De ipso facto! Sin embargo, de haber sido así, ninguna de ambas almas hubiera sufrido lo que es la privación de dos cosas: La Verdadera Vida (que está en la presencia frecuente de Dios) ni el entender qué es una existencia que se degrada –paulatinamente- hacia la muerte (en el polvo).

Pena sustitutiva

La analogía que quise demostrar (arriba) con las Ciudades de Refugio y la Sustitución de condena sigue vigente. Caín pudo ser matado en el acto, pudo ser eliminado por asesina a Abel y, en lugar de eso, su pena fue mayor que morir, porque en ese destierro –también- debía aguantar el oprobio de la pena agravada con una tierra que produciría cada vez menos, lo que no le permitiría asentarse, definitivamente en algún lugar y, de allí, que estuviera condenado a una suerte de nomadismo ¡Como de alma en pena! Y nadie le mataría: “…Entonces Jehová puso señal en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara.” (Gén 4:15) Hay quienes opinan que eso fue una “señal de protección” pero –de serlo- ¿Para qué proteger a quien mató a su hermano de sangre? No sería lógico, incoherente, “proteger” a quien merece mayor castigo. Caín, al igual que Adán y Eva, sufrió una pena mayor que morir. ¿Qué tal que, morir, de veras cueste esa eternidad infernal que Jesús relata? ¡No lo sé! Pero, si la pena sustitutiva de estar lejos de la presencia –directa- del Creador es parte de mi condena temporal, Dios me ha dado este lugar transitorio como una Ciudad de Refugio.

Contrario al código de Hammurabi, leyes que no parecen tener misericordia, los Mandamientos de Iahveh sí muestran la parte “blanda” de Quien –en el fondo- es Justo. Veamos esta porción de los 613 mandamientos:

“…y la congregación librará al homicida de mano del vengador de la sangre, y la congregación lo hará volver a su ciudad de refugio, en la cual se había refugiado; y morará en ella hasta que muera el sumo sacerdote, el cual fue ungido con el aceite santo.” (Núm. 35:25)

Si trato de establecer analogías con un judío, quizá podría decir que Jesús (Yahshua) es ese sacerdote y que –incluso los paganos- tenemos acceso a la ciudad santa donde more el pueblo de Dios, al momento en que el Sumo Sacerdote muera y, para el caso del Cristianismo catolizado, Jesucristo fungió de Sumo Sacerdote (Heb 5:5-6) en el orden de Melquisedec (Salmos 110:4), al tiempo que Israel –a su vez- tenía a Moisés por Sumo Sacerdote y Profeta (junto a su hermano Aarón) pues, mientras Jesús vivió –dicen el Evangelio- Dios moraba espiritualmente en el templo del Cuerpo de Su Hijo:Yo y el Padre uno somos.” (Juan 10:30) y, al morir –físicamente- en la cruz, al separarse Su espíritu de ese cuerpo, Dios –también- Se había separado antes de ese Templo humano, al momento en que Jesús gritó: “¡Dios mío! ¡Dios mío! Por qué me has abandonado” (Mar 15:34). Haciendo clara alusión pictórica al Salmo 22 donde Éste veía no sólo a quienes se burlaron de Él –meneando sus cabezas- sino a Sus verdugos y, al mismo tiempo, poco antes o después, El Espíritu Santo de Dios abandonaba (Jn 2:21) esa morada –PERECEDERA y humana- del mismo modo como el Espíritu Santo de Dios (por otra parte) abandonó el lugar que visitaba en el Lugar Santísimo, rasgando el velamen de ese Santuario Terrenal temporal (Mar 15:38) en el humanamente moramos ¡Él lo ha hecho varias veces! Porque Dios no habita, a plenitud, en moradas hechas de hombre.

Analogías comparativas

La Ciudad de Refugio mencionada en la Toráh que Moisés escribió no es mejor que Aquella en la que se tienen todos los goces de vivir en la presencia de Dios, en armonía con la naturaleza y los hombres. La Ciudad de Refugio no representa a Jerusalén ni a la Tierra Prometida, sino a un lugar temporal que se ocupa incómodamente, privado de la presencia de seres queridos, de una buena economía, de suficiencia de cosas:
a) Hasta la muerte del Sumo Sacerdote (Núm. 35:25).
b) Hasta la muerte del transgresor de la Ley (Tú o Yo).
c) Hasta que la falta sea justificada, anulada y cancelada como deuda (Acá entra el asunto de la misericordia de Dios y la muerte de Jesucristo)

¡Pardiez!

Moisés no pudo escribir la Biblia solo (sin inspiración divina). Y, además, no podía tener una computadora para establecer esta clase de estudios o analogías comparativas como yo, o nadie más. ¡Él trabajo con las uñas! (pero muy bien inspirado) ¡No en filosofías! Por cierto.

Acerquémonos, un poco, al aspecto de la misericordia (que no aparece mono teísticamente en el código de Hammurabi: Excepto para ayudar viudas, niños y menesterosos).

“…y después que haya muerto el sumo sacerdote, el homicida volverá a la tierra de su posesión.” (Núm. 35:28) ¡Bien! Ello podía privarme de mis bienes y de los míos más de 40 o 20 años (sin matarme). Luego que muera el “representante de Dios” -como israelita- tengo opción a volver a los míos y mis posesiones. ¡Eso es justo! [Hammurabi no dá opción al RESCATE, luego de 3 años de haberme alejado o expatriado]. Vivir en las Ciudades de Refugio era como vivir con gente que no quiero (que tampoco se quiere) a consecuencia de un accidente o acto fortuito ¡Lo asumo!

¿Han leído la historia de José, el hijo de Jacob, criado de Potifar? La cárcel le sirvió para ser el 2do de Egipto… Yo no creo la historia de Job (Dios no ha de ser así).

Las Ciudades de Refugio fueron varias y, en tierra de Israel: Hebrón, Siquem, Golán, Beestera, Cedes y otras (Núm. 35:13); pero no voy a perder tiempo estudiando eso. ¿Es ésta -nuestra existencia actual- un lugar de Refugio? ¿Eres homicida? (Núm. 35:11) Yo he querido matar a muchos y, sin embargo, Caín no tuvo una ciudad “de refugio” definitivo. ¿Me siguen en esa analogía?
Hoy estamos asentados, de alguna forma, entremezclados en una ciudad o pueblo “de refugio”, viviendo un mundo transitorio; sólo que rodeados de asesinos, mentirosos, impíos, groseros, etc. Y desearíamos vivir en una ciudad mejor, con gente mejor: En la Tierra Prometida ¿Quizá? Sin hambre, ni dolor, ni carestías ni penas.

¿Ha muerto el sacerdote de tu vida? ¿Hay otro en Su lugar?

Restitución y Remisión

La Restitución y la Remisión de la que hablé (arriba) la practicó Israel al salir de Egipto en la Pascua, donde muchos primogénitos murieron: Murieron muchos corderos y fueron liberados muchos esclavos. Muere el animal, y sale libre el hombre (no la Bestia).

Una víctima inocente lo sustituyó en la muerte que merecían otros. Debían morir los culpables y, antes de morir los que tenían sus culpas en Egipto, los machos de esas ovejas, murieron: Un cordero por cada familia (cuando menos). ¡Una vida joven por otra vida joven! Tal como La Ley lo dice (Éxo. 21:23-24; Deut. 19:21) y, Hammurabi lo sustenta.

(Tengo ganas de circuncidarme para entrar en ese Pacto de Bendición).

Egipto experimentó el dolor de perder lo más tierno que quería, no sólo a sus niños, sino a los primogénitos varones de los adultos y sus animales primerizos.

Otra analogía comparada

Metafóricamente, si Dios experimentó en Su Espíritu Santo el dolor de la muerte en el cuerpo de Su Hijo, si Dios experimentó el castigo que había proferido sobre la humanidad –desde el Edén- a través del cuerpo de Su Hijo y, a la vez, Su Hijo experimentó -la muerte como tal- bajando al Infierno, a la morada de los demonios, en Su cuerpo humano y, aunque suene redundante, consciente de Su propia consciencia humana, terrenal y espiritual… ¡La muerte no es cualquier cosa! Ella no parece sólo la separación del Alma de este cuerpo mortal (creo en la dualidad humana, no en la Trinidad).

En mi miopía terrena, puedo ver algo nuevo que no entendía (siendo cómodamente “cristiano”). ¡Dios es Dios de Pactos!
Puedo imaginar que, el Cristianismo, es un lugar de transición –de refugio- hacia La Fuente Original, en el judaísmo (puedo imaginar lo contrario, desde el judaísmo hacia el Mesianismo Cristiano) pero, entendiendo que sólo hay Un Dios y que, tal vez, sólo Jesucristo es el Mesías (el Camino temporal) y –cognoscitivamente- no lo sé.

Necesito vivirlo: Visceral y mentalmente.

Puede ser que, la fe recibida –de segunda y enésima mano- a través del Cristianismo nos lleve a cualquiera de los Dos pactos, los Dos Testamentos o ¡a ambos! Lutero era Católico, y se hizo Protestante. Joseph Milik era sacerdote de Roma y, por alguna razón de sus descubrimientos en Israel (Mar Muerto), dejó la sotana, se casó, y de dejó el falso Catolicismo que impide a los hombres casarse o a renunciar a la verdad VISCERAL que sus convicciones NATURALES y biológicas no defienden. Hasta el Sumo Sacerdote de los Levitas debía casarse con una mujer virgen (Lev. 21:13). ¿Es el papa más santo que el Santo de Israel? De allí que yo no crea en esa clase de ecumenismo. Más convendría acercar un judío -al protestantismo- que estrecharlo en lazos con los idólatras: Y esa es la razón por la que Moisés y Josué atacaron a los pisatarios de La Tierra Prometida y, extrapolando un poco la historia apocalíptica, eso parece ser lo que vendrá cuando Gog y Magog pongan al mundo en guerra contra Israel, pero de manera inversa. (Eze 38:14-18; Eze_39:6)

¡Hmm! De acuerdo a lo que investigo, representan a los de Turquía-Irán-Armenia (Indo-Hititas). ¡Sabrá Dios! Y creo que ya eso ha pasado. ¿Las historias se repiten?

¿Padeció la muerte el Creador?

Si Dios sufrió (experimentó) la muerte de Su Hijo –no estoy diciendo que Dios sea Jesucristo- sino que, espiritualmente Él pudo padecer el sufrimiento de Su Hijo, como Padre y como Espíritu que habitó en un cuerpo humano -a nivel de religión o filosofía empírica- Dios pudo conocer el aciago conocimiento de lo que nunca había “vivido” siendo Dios (nunca fue hombre).

Probable analogía.

Para establecer una posible relación de un espíritu conviviendo con otro Espíritu, citaré la referencia aquella donde Jesús exorcizó a un hombre poseído de una legión de demonios (Lucas 8:30). Si una legión de demonios puede entrar al cuerpo de un hombre, en una mujer, también es posible y, por pueril que parezca, dos relatos hablan que una mujer tuvo varios: Marcos 16:9 y Lucas 8:2 ¿Es difícil que Dios habite entre los hombres, en su dimensión espiritual? No lo dudo y, aunque nunca había visto “estrellas” viajeras como la del cuento navideño de Belén, hacen casi 5 años, junto a una mujer que fue mi pareja, una noche en que orábamos por una señal divina (de Dios), vimos dos “estrellas” en movimiento que se acercaron en línea recta, pareció que se juntaron en el espacio del aire y, al cabo de pocos minutos, una de ellas se separó de la otra… De la misma manera en que Mónica y yo vivimos juntos, menos de un año, a punto de casarnos.

Ese velo roto (Luc. 23:44-45) significó algo más que una metáfora alegórica de una ruptura de tejidos cósmicos, humanos y textiles. Yo sí creo que se rompió el Antiguo Pacto, para entrar en el rigor del Nuevo.

(Sigo pensando en el pacto de la circuncisión) ¿Me hablará Dios?

Inquieto por descubrir la verdad, incómodo porque mi conciencia recrimina le conceda atenciones, me puse a investigar en Encarta y, lo que había leído en una enciclopedia (en otro idioma) coincide en lo que acabo de leer en español:

El Pentateuco

Según la tradición judeo-cristiana Moisés fue el autor del Pentateuco, los primeros cinco libros de la Biblia. Sin embargo, tal aseveración no aparece en ninguno de estos libros. La tradición tiene su origen en la forma en que son denominados por los hebreos, libros de Moisés, aunque con ello quisiesen significar relativos a Moisés. Ya en la edad media, los eruditos judíos reconocieron que existía un problema con la tradición: Deuteronomio (el último libro del Pentateuco) relata la muerte de Moisés. En realidad, los libros son obras compuestas por autores anónimos. Sobre la base de numerosas copias y repeticiones, incluyendo dos designaciones diferentes para la deidad [Jehová vs Elohim], dos relatos separados de la creación, dos historias entrelazadas del diluvio [La versión del diluvio “mesopotámica” es politeísta, y pudo haberse adaptado al monoteísmo judío], dos versiones de las plagas de Egipto y muchas otras pruebas, los especialistas modernos han llegado a la conclusión de que los escritores del Pentateuco utilizaron varias fuentes distintas, cada una de un escritor y de un periodo diferentes.
Las [4] fuentes difieren en su vocabulario, estilo literario y perspectiva teológica. La más antigua es la Jehovística o Yahvista (J, porque utiliza el nombre divino Jahvé, transcrito también como Jehová, o Yahvé), que por lo general suele datarse entre los siglos X o IX a.C. La segunda es la Elohísta (E, porque utiliza el nombre general de Elohím para designar a Dios), y suele situarse en el siglo VIII a.C. A continuación está la Deuteronómica (D, limitada al Deuteronomio y a unos pocos pasajes de otros libros), de finales del siglo VII a.C. [También la denominan Código Deuteronómico]. La última es la Sacerdotal (P, de ‘priest’, sacerdote en inglés, por su énfasis en la ley cultica y en los asuntos sacerdotales), situada en los siglos VI o V a.C. [También la denominan Código Sacerdotal]. J incluye una reseña narrativa completa desde la creación hasta la conquista de Canaán por Israel. E ya no es una narración completa, si es que alguna vez lo fue; su material más antiguo se remonta a Abraham. P se concentra en la alianza y en la revelación de la ley en el monte Sinaí, aunque sitúa ambos elementos dentro de una narración que se inicia en la creación.
Ninguno de los autores de estos documentos, si es que fueron individuos y no grupos, fue un autor creativo en el sentido moderno del término. Más bien trabajaron como editores que recopilaron, organizaron e interpretaron tradiciones más antiguas, tanto orales como escritas. En consecuencia, la mayor parte del contenido de las fuentes es mucho más antiguo que las propias fuentes. Algunos de los materiales escritos más antiguos son pasajes extraídos de obras poéticas como Paso del Mar (Éx. 15), y parte del material legal tiene su origen en antiguos códigos. Una opinión reciente sugiere que los relatos individuales del Pentateuco fueron compilados bajo un epígrafe que aludía a diversas temáticas trascendentales (la promesa a los patriarcas, el éxodo, la travesía del desierto, Sinaí y la conquista de la Tierra Prometida), adquiriendo su forma básica en torno al 1100 a.C. En cualquier caso, el relato de las raíces de Israel se conformó en y bajo la influencia de la comunidad de la fe.
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¡Diantres!

Intuía que algo estaba mal y, en medio de mi empirismo ignorante, hallo muchas otras personas sintiendo o comprendiendo ese vacío que necesita la presencia (o aparición) del “Responsable” distante (y silente).

Es fácil llamarnos apóstatas y herejes pero, si todo ha de creerse sin establecer referencias en la vivencia, en lo que nos dice la mente, somos sólo títeres de planes ajenos. ¿No intuía yo una fe venida de enésima mano?

Si buscase en el Popol Vuh de mi escuela, mucho de lo cosmogónico, creacionista o diluviano podría aparecer en esa mitología “meso-americana” (ya ni sé de dónde vino la fábula del origen del mundo) pero “la americana” se dice fue redactada en 1550, de modo que es una versión copiada del Oriente, quizá tanto como la de Chilám Balam ¿Analogías etimológicas? Las hay y, a nivel etnológico, podría probar no sólo vínculos lingüísticos, sino místicos: “Balam” significa jaguar o brujo y es nombre de familia. Y, fonética y etimológicamente son afines.

El “origen” del mundo, explicado a los ojos del que nada ha visto, como un niño, sólo duele cuando éste se cree las mentiras como aquellas historietas navideñas, los regalos de Noel, los reyes magos y –de repente- llega el día que descubres que fueron tus padres los que te engañaron y –por otro lado- te compraron o manipularon la inocencia de tu credulidad ¡dándote regalos!... Para verte crecer.

Creer todo de la biblia –como venido e inspirado de Dios- se asemeja mucho a la situación que te congrega a la vida de alguna iglesia local, a aquellos que llamas hermanos y, de un momento a otro, descubres que fuiste demasiado crédulo, que el Génesis bíblico pudo haber sido una modificación literaria del poema de Gilgamesh (c. 1500 a.C.) que, dentro de sí, tiene analogías “bíblicas”: La camaradería de David y Jonatán, la serpiente que roba la planta que Gilgamesh buscó en el mar –la ambición por la eternidad- el paralelismo diluviano, etc., donde copistas compiladores no dieron el debido reconocimiento a la cultura Mesopotámica (pueblo que deportó e “importó” vasallos desde Israel) aunque -en otros casos- el nomadismo de esa gente fue la raíz patriarcal de Aram, desde su padre, Sem.

¿Cómo se explica -la dualidad- de Alguien quien quiera adoración, amor obediente, respeto leal, etc., sea castigador, vengativo y, a la vez, sea distante (o indiferente) de quienes parece ignorar por años, décadas o siglos? Sólo pensar ese silencio de 400 en Egipto, para luego procurar auto exaltación (o tardío reconocimiento) es como esperar que mis hijos me digan “papá” cuando yo no los crié en su infancia, ni en la adolescencia y, cuando fueron ya adultos, vine yo “para abrazarlos” o “besuquearlos” al volver de mi distanciamiento... Pero moralizando con el deber ser (que yo no lo hice, por desvincularme).

Si uno observa los estudios psicológicos y los videos con los que se determinan la naturaleza y el enganche de las sectas y nuevos cultos -al rato- uno termina entendiendo que, las religiones “mayoritarias” no siempre fueron tan antiguas ni originales y, en sus inicios, también fueron considerados cultos heréticos, viles, salidos de apostasías contra la religión o culto que tuviese predomino difusivo o vigencia local. De hecho, esa es una de las razones por la que los romanos vieron con malos ojos al Cristianismo pues, en su mente helenista y pagana, la moralidad que Jesucristo trató de re-introducir en el pueblo judío (que lo rechazó como Mesías) era otra desviación de las buenas costumbres: Los judíos eran mayoría respecto a la “secta” de los nazarenos pero –a su vez- los paganos/gentiles eran mayoría respecto a los judíos (de allí que fueran un pueblo subyugado al Imperio de turno). ¡La religión es otra forma de dominación mental! Y que lo diga el expansionismo Cristianismo, pues, si las armas dominaban los cuerpos por la fuerza; los temores y el pavor de castigos “eternos” que trascendían lo terreno, dominaban la voluntad, obnubilando y subyugaban la mente limitada o impedida.
Una vez se lea sobre cultura universal y se descubra la difusión global de esas ideas diluvianas y “bíblicas” -en gentes de distintas etnias, lenguas y geografías- se comprenderá no sólo la propagación demográfica humana, sino afinidad filológicas y etimológica universalizada, tal como vemos parecidos arquitectónicos en las pirámides de Egipto, en los pueblos aztecas, o en aquellos que construyeron zigurats en China, al estilo Sumerio: El conocimiento, los temores y las ideas -también- viajan con el hombre (de modo que se roban las licencias y “patentes” de invención).

Para concluir esta disertación de razones que dificultan creer (ciegamente) en una fe de enésima mano, quisiera retomar algunas palabras que transcribí –en la 1ra página- para dejar la reflexión moralizante:

“…Los seguidores de Cristo deben manifestar, a través de su conducta y sus relaciones, que están reconciliados con Dios. La vinculación inseparable entre la creencia religiosa y una conducta ética y moral.

Se entendía que todos esos factores tenían un origen común en Dios, quién espera que Su propia lealtad sea correspondida con la lealtad de quienes se han reconciliado con Él como familia...

¿No debe –Él- más lealtad a lo que se ha dicho en Su nombre?

¿No debería Él asumir la responsabilidad de lo que se ha dicho “bíblicamente” resultando ser mentira?

Luego que descubrí que la celebración de la navidad es resultado del sincretismo de varias tradiciones paganas… ¿Miento a mis hijos o a los ajenos?

Soy leal a lo que así como verdad, no a las mentiras; aunque: “No es difícil creer cuando se ignora la verdad que tu experiencia refuta.” (A. Toro)

Razón concedo al que dijo: “Maldito el varón que confía en el hombre… y su corazón se aparta de Jehová. ” (Jer. 17:5)


10/12/2016 2:34

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