No sé cómo expresarlo…
Mis ideas vienen como ráfagas y escribirlas me es imposible. Deseo tener una grabadora y hablar y decir, para luego transcribir o arreglar. Voy a circunscribirme a estas limitaciones para que Él (DIOS) supla en mis debilidades y objeciones.
Dí los pasos debido y Él lleva siglos recomponiendo los imposibles de la humanidad. No me preocupa el tiempo, en cierto modo, sino no comprender mi tiempo, para actuar sobre mis circunstancias y resolver, para andar en la dirección en que quiero (cuando quiero).
La PC que deseo vender ya está lista y dí los pasos que deseo. Venderé, también, una de mis maletas; pero debo conocer los precios del mercado para ofertar con un buen precio de referencia.
Hoy, al paso de la cicla de mi suegro, ví una señal en el suelo. Pasé muy cerca, pensé detenerme, pero quise estar seguro, sin interrumpir mi monólogo con Dios.
Frené a una decena de metros. Le dije que creía que tal señal era suya y, como tal, NO LA DEJARÍA PASAR NI LA SUBESTIMARÍA. Regresé, volví en mi camino, y me detuve para inclinarme donde noté la carta. Volví a decirle: “¡Señor! Sé que esto es inusual, pero te pido me ayudes a INTREPRETAR EL SIGNIFICADO DE ESTO. Sé que es una señal, que nada sucede por azar y, cuando así parece, ¡tú le das significado”.
Recogí una carta gris del borde de la calle, cerca de la acera. Hube visitado a un trío de personas para venderles la PC y, ninguna en particular -para ese momento- se identificó con mi necesidad económica. Sabía que era una respuesta y no he sabido el alcance de Su soberano significado completo.
Intenté detenerme con un pensamiento y una oración. Ya había hablado, con libertad, a una persona que considero cristiana y me hizo preguntas e intenté aclararle mis ideas “lo mejor que pude” (lo observo así, porque uno no sabe cómo los demás nos interpretan: ¿Cómo me traducen?).
Pedaleaba tan cómodo. No es una bicicleta como la que tuve, con doble amortiguación, pero sirve a que no termine de dañar mi par de zapatos amarillos (God! You know why this is meant here). Busqué a una persona en la panadería y, al no verla, sólo saludé a una chica muy linda y me fui del sitio.
La carta, al levantarla, intentó decirme algo: “JOKER”. Sé que, físicamente, sólo dice eso, pero –en las cartas- es mucho más y, para Dios, me quedo corto. Antes de recogerla, ya había decidido conservarla conmigo. No sabía qué podría decir o significar, pero algo especial intuía y –en este momento- ¿cuántos tiene un AS en su manga?
Para ser honesto, como cristiano (aunque mediocre) no puedo ocultar nada y menos en mis mangas. Debo ser transparente y, más claro que esto, Dios me habla a cartas descubiertas (pero este hermoso viejito tiene Sus métodos y procedimientos) ¡Hasta es chistoso! (ya lo dije).
Seguí mi camino. Meditaba en lo triste que es alejarse de la luz y lo molesto que es el calor del sol. Me agrada ver claramente las cosas y me incomoda este calor pegajoso ¡Ambas por las mismas razones!
En la tarde, naturalmente, el calor amaina por la disminución de la incidencia de los rayos solares y, volver a un lugar lleno de calor y de ciertos ruidos es algo que incómodamente tolero: “Home sweet home”.
Cerca de la playa, para mi agrado y sorpresa, la chica que buscaba en la panadería me encontró en su camino. Atando cabos –porque somos cristianos- me confesó que hace un año que no daba un paseo por la playa, pero su hija le insistió tanto que, por fin, accedió y he aquí el milagro: ¡Dios se ha encargado de hacernos coincidir para fines propios!
Hablamos un buen rato. No voy a citar varias cosas, pero –en resumen- Dios le dará respuesta a cierto asunto sentimental a través de una prueba médica y una prueba económica (dos cosas determinantes, a mi juicio).
En cuanto a mí, ya lo sé, Dios ha obrado y veré los resultados “Según Su voluntad” (no la mía, pero me ha favorecido). Es que Dios es tan perfecto, que pocas palabras lo describen, excepto cuando Él nos habla con hechos y Dios no es un ser de palabras, sino un ser pleno de acciones.
Toma esa carta, Señor y haz de mí lo que tú quieras. Confesé y entendí mis razones y -aunque equivocadas- necesito ese JOKER cuando Tú me permitas ponerlo en la mesa de este juego de vida, para resolver mis situaciones.
¡Gracias! ¡Te amo!
Mis ideas vienen como ráfagas y escribirlas me es imposible. Deseo tener una grabadora y hablar y decir, para luego transcribir o arreglar. Voy a circunscribirme a estas limitaciones para que Él (DIOS) supla en mis debilidades y objeciones.
Dí los pasos debido y Él lleva siglos recomponiendo los imposibles de la humanidad. No me preocupa el tiempo, en cierto modo, sino no comprender mi tiempo, para actuar sobre mis circunstancias y resolver, para andar en la dirección en que quiero (cuando quiero).
La PC que deseo vender ya está lista y dí los pasos que deseo. Venderé, también, una de mis maletas; pero debo conocer los precios del mercado para ofertar con un buen precio de referencia.
Hoy, al paso de la cicla de mi suegro, ví una señal en el suelo. Pasé muy cerca, pensé detenerme, pero quise estar seguro, sin interrumpir mi monólogo con Dios.
Frené a una decena de metros. Le dije que creía que tal señal era suya y, como tal, NO LA DEJARÍA PASAR NI LA SUBESTIMARÍA. Regresé, volví en mi camino, y me detuve para inclinarme donde noté la carta. Volví a decirle: “¡Señor! Sé que esto es inusual, pero te pido me ayudes a INTREPRETAR EL SIGNIFICADO DE ESTO. Sé que es una señal, que nada sucede por azar y, cuando así parece, ¡tú le das significado”.
Recogí una carta gris del borde de la calle, cerca de la acera. Hube visitado a un trío de personas para venderles la PC y, ninguna en particular -para ese momento- se identificó con mi necesidad económica. Sabía que era una respuesta y no he sabido el alcance de Su soberano significado completo.
Intenté detenerme con un pensamiento y una oración. Ya había hablado, con libertad, a una persona que considero cristiana y me hizo preguntas e intenté aclararle mis ideas “lo mejor que pude” (lo observo así, porque uno no sabe cómo los demás nos interpretan: ¿Cómo me traducen?).
Pedaleaba tan cómodo. No es una bicicleta como la que tuve, con doble amortiguación, pero sirve a que no termine de dañar mi par de zapatos amarillos (God! You know why this is meant here). Busqué a una persona en la panadería y, al no verla, sólo saludé a una chica muy linda y me fui del sitio.
La carta, al levantarla, intentó decirme algo: “JOKER”. Sé que, físicamente, sólo dice eso, pero –en las cartas- es mucho más y, para Dios, me quedo corto. Antes de recogerla, ya había decidido conservarla conmigo. No sabía qué podría decir o significar, pero algo especial intuía y –en este momento- ¿cuántos tiene un AS en su manga?
Para ser honesto, como cristiano (aunque mediocre) no puedo ocultar nada y menos en mis mangas. Debo ser transparente y, más claro que esto, Dios me habla a cartas descubiertas (pero este hermoso viejito tiene Sus métodos y procedimientos) ¡Hasta es chistoso! (ya lo dije).
Seguí mi camino. Meditaba en lo triste que es alejarse de la luz y lo molesto que es el calor del sol. Me agrada ver claramente las cosas y me incomoda este calor pegajoso ¡Ambas por las mismas razones!
En la tarde, naturalmente, el calor amaina por la disminución de la incidencia de los rayos solares y, volver a un lugar lleno de calor y de ciertos ruidos es algo que incómodamente tolero: “Home sweet home”.
Cerca de la playa, para mi agrado y sorpresa, la chica que buscaba en la panadería me encontró en su camino. Atando cabos –porque somos cristianos- me confesó que hace un año que no daba un paseo por la playa, pero su hija le insistió tanto que, por fin, accedió y he aquí el milagro: ¡Dios se ha encargado de hacernos coincidir para fines propios!
Hablamos un buen rato. No voy a citar varias cosas, pero –en resumen- Dios le dará respuesta a cierto asunto sentimental a través de una prueba médica y una prueba económica (dos cosas determinantes, a mi juicio).
En cuanto a mí, ya lo sé, Dios ha obrado y veré los resultados “Según Su voluntad” (no la mía, pero me ha favorecido). Es que Dios es tan perfecto, que pocas palabras lo describen, excepto cuando Él nos habla con hechos y Dios no es un ser de palabras, sino un ser pleno de acciones.
Toma esa carta, Señor y haz de mí lo que tú quieras. Confesé y entendí mis razones y -aunque equivocadas- necesito ese JOKER cuando Tú me permitas ponerlo en la mesa de este juego de vida, para resolver mis situaciones.
¡Gracias! ¡Te amo!
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