Saturday, October 24, 2009

Entender el tiempo para no ser condenado.

Solía leer este texto con liviandad. Siempre lo consideré en la perspectiva humana y nunca en la óptica vertical, espiritual. No es poco común tomar previsiones ante las “señales” climatológicas. Todo niño y adulto advierte la oscuridad del cielo, se apercibe y busca herramientas de resguardo (abrigos, paraguas, etc) posponiendo o adelantando los planes que haya hecho para ese particular día. En los países más avanzados, aquellos que padecen la inclemencia de fuertes vientos, granizadas o nieve, existen organismos que vigilan las señales climatológicas e informan sus pronósticos atmosféricos y, mucho más precisos, puesto que errar significa la pérdida de vidas y valores reparables.

Hace 2000 años (antes, mucho más) la humanidad advertía las señales de los tiempos. Había temores e ignorancia infundados, puesto que se desconocía la naturaleza de rayos y truenos, aunque se entendían las consecuencias de las tormentas, el daño de los ríos desbordados y el hambre a consecuencia de largas sequías. En medio de esa desolación, el dolor y hasta la muerte eran los efectos indeseables al no resguardarse ni prepararse ante las señales que se advertían desde los cielos.

Jesucristo, en los días de su visitación, enseñaba la moraleja del entendimiento popular de mirar al cielo y elaborar su propio pronóstico meteorológico: “Lloverá si se ven nubes” “Hará más calor” (Lucas 12:54-55).

Es obvio que no era una lección de meteorología lo que enseñaba, sino Su observación para que pronostiquemos nuestro tiempo. ¿Quién es ajeno al encarecimiento de la vida? ¿Quién no toma previsión cuando su dinero pierde valor o nota la escasez de alimentos y se adelanta a comprarlos o a consumir menos?

Entender nuestros tiempos no sólo tiene que ver con lo que nos llega del cielo, sino con lo que hace la humanidad y cómo Dios nos permite interpretar esas señales indiscutibles y COMPROBABLES. Hace poco, en una universidad de Colombia, noté cómo hubieron de cambiar una valla publicitaria que alentaba a los jóvenes a no contaminarse de Sida, homosexualidad, brujería ni con otras adicciones relacionadas. Allí, específicamente, los arengaba a no caer en el vicio de la droga, el alcoholismo, la promiscuidad, pero la comunidad homosexualidad colombiana se levantó en protestas y escuché al cura de esa ciudad pedir disculpas y ofrecerse en retirar la gigantografía en cuestión... ¿Cómo interpretamos estas señales?

En relación a la ley, en muchos países, hay libertad de culto. Unos prefieren adorar a Satán y otros al DIOS verdadero. En la época de la inquisición eso no habría sido posible, en cuanto a la permisividad de la ley, pero los adoradores del Diablo han existido desde hace mucho y, de seguir así, algunos países tendrán leyes que permitan la adoración satánica –con amplias libertades- puesto que, desde varias sub-culturas, el lema de “Piss Christ” se viene levantando desde el tiempo de “Peace” que fomentaba el consumo de alucinógenos, el sexo libre e irrestricto y las consecuencias de hijos sin padres o madres existe hasta el sol de hoy ¿Quién es responsable de tanto hampón, secuestro y robo en Venezuela?



Uno es libre de ponerse el tatuaje que le venga en gana, pero no me dejaré marcar por nada ni nadie. No soy una res en el corral ajeno para que venga otro y me selle, con “algo” de su propiedad, pero muchos –voluntariamente- se tatúan un “ 666”. ¿Será esa la marca que el libro de Apocalipsis decía? ¡No! La marca no es ese número, sino uno binario, un código universal unificado y estandarizado, donde la permisividad (tolerancia al pecado) será una constante. ¿Quién le niega derechos a la comunidad de brujos si se levanta en una protesta, alegando que la pancarta universitaria socava sus derechos al decir (por inferencias) que la brujería “contamina”? ¿Quién dudará si un grupo de alcohólicos se levanta y lleva ese caso -a tribunales- por el hecho de que una valla publicitaria discrimine al alcoholismo como un vicio degradante, al igual que las drogas?

La industria del licor se beneficia del vicio del alcoholismo. La industria de la droga beneficia a quienes se dedican y financian la red que envuelve a millones de personas en la indigencia y el hampa mundial, pero –como es una industria- ¿conviene o no que se legalice? ¡Interprete la señal de sus tiempos!

Jesús, queriendo que nos hiciésemos sabios, nos dejó muchas lecciones. Lucas 12:54-59 no es sólo para pronosticar aquellos días, sino el “presente” que nos lleva a los últimos días (sea hoy o dentro de 20 años). Ser sabio es ver hacia arriba y nuestro horizonte, en el aspecto espiritual y en el aspecto humano ¿Quién puede ser optimista observando el presente venezolano, con un gobierno corrupto, demagógico, que dice regalar recur$o$ a naciones “vecinas”, mientras los ciudadanos propios reclaman derechos salariales incumplidos, mientras la cúspide oficialista disfruta los beneficios del poder, mientras ésta recibe desproporcionadas comisiones -en cuentas secretas- bajo la complicidad internacional de bancos que no suministran nombres ni la data ni el origen de sus fondos, porque el mundo gira en función de esa marca ($)?

La lección total del evangelio es ARREPENTIMIENTO. Un cambio total de dirección que confiesa su pecado, se arrepiente y NO VUELVE A HACERLO. Un giro de 180º para no hacer lo malo y, como fruto de ese cambio, el ex pecador DEVUELVE LO ROBADO. ¡Miren a Zaqueo! (Lucas 19:8) Un cobrador de impuestos que decide enmendarse ¡devolviendo cuadruplicadamente! lo que sabe ha quitado a otros. Si alguno procede así, paga su deuda, con un adicional de intereses… ¿Qué dijo Jesús por testimonio? ¡Lo reconoció como digno!

No es usual la confesión. Son pocos los que admiten su error (pecado) y pocos los que lo confiesan en público al arrepentirse ¿Es esto una señal de los tiempos?

Decidir “lo que está bien”, como una señal de nuestros días, no es un imposible. Si entendemos que lloverá al observar las nubes, entendamos cuáles son las señales de nuestro tiempo para que no nos lluevan las calamidades que están por caer sobre nuestras vidas o sobre la nación. La ausencia de respeto hacia DIOS y los semejantes es una “mala” señal. La licencia, la permisividad legal que se da a cierto tipo de pecado (error) nos lleva a más error y maldad… ¿Quiere alguien ser condenado?

Jesús nos habla de tomar decisiones sobre lo que está bien y lo que está mal (cada uno ya sabe de eso).



Si Ud. o yo adversamos, tenemos que llegar a una clase de acuerdo. Si Ud se molesta con lo que escribo –desde el principio- hubiera parado la lectura y cerrado con un clic (puede hacerlo) pero no podemos darle cierre al mal que nos agobia, si no nos entendemos con la humanidad ni con la voluntad de Dios. ¿Comprende esta necesidad?
¡Amén! Dios le permita que así sea.

El cura de la universidad en Colombia se vio en un predicamento legal esta semana (Octubre de 2009) y, para salir del conflicto con muchas partes –sus costos monetarios más que morales- se vio en la necesidad de humillarse al deponer una actitud que, otrora, le hubiera servido para ganar méritos o cierta clase de fanatismo (no de mi parte, pues, soy cristiano “evangélico” y –en mi mente- las sectas las crea el hombre al inventar las denominaciones: Un cura es mi semejante). ¿Hizo bien? ¡Sí! Aunque su moralidad, sus convicciones son otras y “la señal de estos tiempos” es una doble moralidad que favorece los derechos de minorías en el poder y que –por otro lado- tienen poder de influencia económica por haberse organizado. ¿Llegaremos a ese día cuando todos debamos llevar un código de barra impreso en la piel (bajo la piel) para realizar cualquier tipo de transacción comercial? Cuando observo los avances electrónicos, noto que los días no están muy lejos. ¡Nótese el ejemplo! En Venezuela, por ejemplo, si no estoy alineado con los planes del gobierno, si no me registro en el partido PSUC, soy excomulgado de grupos, de solicitudes de créditos y –peor aún- soy víctima de la discriminación política, con varios motes y hasta en la violencia. ¿Extrapolamos eso en el mundo? Note “la señal” del fanatismo político y religioso imperante en varias naciones musulmanas y no musulmanas. Si eso no le advierte de algo que está por suceder, no se aperciba ni se cubra con nada… En los días de Noé, él advertía que vendría un diluvio (una catástrofe) y muy pocas personas tomaron las previsiones para evitar la muerte ¿Tan poco vale su vida?

Arreglar nuestras cosas –con quienes nos adversan- es vital. Puede que Ud., sin saberlo, sea adversario de otro y otros, y un día le recriminarán y tendrá que llegar a ese acuerdo, pero –también- Ud y yo tenemos una deuda con Dios que debemos arreglar “antes de que nos lleven a un juicio”, en la presencia de un juez, que nos entregará a un guardia que tiene poder de arrojarnos –eternamente- en una cárcel que no tiene salida. ¿Piensa que sería bueno convivir entre personas malas que nunca mueren? ¿Se imagina la eternidad con gente indeseable que nunca morirá ni se apartará de su vida?

La razón de que nuestros cuerpos físicos no sean eternos es el pecado. El motivo no es el pecado mismo, sino que Dios nos destituyó de Su gloria –desde el Edén- por desobediencia. (Romanos 3:23). La fe, la obediencia a Jesucristo, es el camino que nos redime de esa eternidad sin Dios. Hay gente que, debido a su comunión y obediencia a Dios, se le permite tener visiones de lo que viene nos encima ¡para advertirnos! Si recibimos sus “pronósticos espirituales” podremos adelantarnos a los acontecimientos, tal como hizo Josué cuando comprendió el sueño de “las vacas gordas y las vacas flacas” ¡Dios está vivo! Y nos advierte para que no sucumbamos en lo que está por suceder a la sociedad irreverente que nos envuelve en sus “leyes” de perversidad y licencia perversa: El alcoholismo no es de provecho. Puede ser divertido el emborracharse, pero a nadie le gustaría perder un hijo con un borracho (o drogadicto) que arroye a nuestros niños en un exceso de velocidad.


¿Qué tan lícito es darle licencia a personas que no ponen límite a sus desenfrenos? Lo mismo aplica a la libertad sexual ¿Me gustaría hallar a mi hijo besándose con un homosexual? ¿Me encantará descubrir a mi hija en un lecho con una lesbiana? ¡Piense en eso! Imagine ambos casos -como suyos- y confiese si tiene doble moralidad. Carnalmente me gustaría estar con varias mujeres, pero ¿no he visto las consecuencias de tal desatino en la sociedad? ¡Yo mismo he sido víctima de infidelidad conyugal! ¿Cómo –por otro lado- propondría el “sexo libre”, si nadie tendría certeza de quiénes son biológicamente sus hijos?

Es obvio que no todos los pecados son sexuales, sino morales. La espiritualidad de nuestros actos trascienden lo físico de nuestro presente y a todos nos afectan, desde la mente hasta lo más profundo del alma. ¿Cuánto no se incomodaría emocionalmente Ud -si fuera Noé- y supiera del mal que le sobrevendría si no construyese su propia arca? Más aún, si viviese en un pueblo y le visitasen unos amigos y tuviera que discutir con “sus vecinos” en la ciudad de Sodoma y Gomorra? ¡Bárbaro! Ud ya sabe que estás cosas van pasando y ¿No saldrá apercibido?

Póngase a cuentas con su adversario. Ya no es su vecino, ya no sólo su hermano, sino –también- Dios, su Creador. Uno piensa para sí: “No le debo nada” “Estoy en paz con Dios” pero –la verdad- cuando Ud no se termina en poner a términos con sus semejantes, también, contrae un lío jurídico con el Creador (nada menos que El Gran Juez de vivos y de muertos). ¿No ve la señal de sus sombras? ¿No ve a quiénes tropieza con su marcha?

Zaqueo, admitiendo parte de su culpabilidad, ofreció cuadruplicar lo que había robado a otros. ¿No debe nada a nadie? ¿No va a resarcir por nada? (Yo debo el diezmo, cuando menos).

Jesucristo, al morir y tener que bajar al mismo infierno, predicó libertad a los que allá se hallaban presos (xxx) pero no volverá a meterse en las entrañas de la segunda muerte que ha reservado para el castigo que dará a Satanás ni a sus ángeles ni brujos servidores. ¿Servirá a Dios o al enemigo de Dios? ¡Decida hoy!

Ponerse de acuerdo con su adversario (Dios y/o los hombres) es comprometerse a un cambio, con una disculpa y alguna confesión que lo libere y, además, con una compensación material que cancele ciertas deudas. Ud no puede pagar a Dios con nada material –Cristo lo hizo por Ud- pero puede compensarlo con respeto, con obediencia a Su ley perfecta.

¡Piense! Interprete las señales de su tiempo y apercíbase. Tome las decisiones, confiese sus errores a quiénes los haya hecho y comience una vida nueva, misma que transciende los límites de esta terrenalidad.

En Cristo Jesús.

A.T.